Sergio Faletto / La Capital
Avellaneda (Enviado especial).- Un partido con historia. Con tantos antecedentes como emociones. Y que las circunstancias de este Clausura reeditaron la importancia de un nuevo enfrentamiento entre las dos Academias. Porque será un partido distinto. Especial. Porque los dos están punteros. Porque los tres puntos son fundamentales para los objetivos propuestos por cada lado. Porque confrontarán dos estilos futbolísticos bien diferenciados. Y porque se disputará en un marco extraordinario de público. Todos los condimentos necesarios para que el fútbol alcance su máxima expresión. Central saldrá esta tarde al Cilindro de Avellaneda a jugar un compromiso a dos puntas. La obligación de sumar puntos lo ubicó en este lugar de privilegio. El que tendrá que saber defender. Cuidar. Pero no sólo con precaución. También con osadía. Y fundamentalmente con orden. Más teniendo en cuenta que enfrente estará un equipo que tiene sobradas cualidades futbolísticas para ofrecer resistencia y peligrosidad. Este compromiso exigirá inteligencia. En el que habrá que pensar con rapidez y actuar con inmediatez. La organización táctica demandará más que nunca de la precisión, porque cada acierto o error puede ser determinante en el cierre de este capítulo de noventa minutos. Como todo partido de pronóstico reservado, la clave estará en lograr controlar la pelota el mayor tiempo posible, y así ejercer la mejor de las presiones. Esta fue la primera indicación que Miguel Russo y Osvaldo Ardiles le dieron a sus dirigidos durante la semana. Como todo encuentro de final abierto, los jugadores deberán apelar a la solidaridad para tratar de recuperar el balón para no quedar a merced del rival. Esta fue la segunda recomendación que emitieron los técnicos a sus respectivos planteles. Porque si bien Russo y el Pitón profesan distintas metodologías, la esencia del juego es una sola y gira en torno a la pelota. Con ella como aliada todo es más fácil, independientemente de los credos futbolísticos. Por eso ambos conductores reflexionaron el tiempo necesario para estructurar sus respectivos mediocampos, porque desde ese sector surgirán las líneas directrices del juego bocetado en la previa. Russo no anduvo con vueltas y apeló a la ductilidad de Talamonti para incrementar la capacidad de contención y marca a su zona de volantes, ratificando a Papa como lateral izquierdo para aprovechar sus oportunas proyecciones. En cambio Ardiles, en su rol de anfitrión, recurrió a Torres, Mirosevic y Mariano González para presentar un planteo ofensivo, que complementa con Rueda y Milito en ataque. Esto hace prever que Racing saldrá con la firme intención de empujar a Central contra su arco, pero seguramente los canallas pugnarán para evitar esto, ya sea a través de la posibilidad del contraataque o con el adelantamiento de sus líneas para ejercer presión en el campo rival. Pero la teoría necesita de la práctica para comprobar su efectividad. Y para tal fin habrá que aguardar que la pelota se ponga en movimiento. Algo que sucederá desde las 16. Y a partir de ese momento miles de corazones palpitarán un partido sin concesiones. Y no es para menos. Porque lo que está en juego es la punta del torneo.
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