Antes de que fuera demasiado tarde, Newell's supo desactivar con un empate que mereció victoria la alarma que se había hecho escuchar tras la derrota del domingo pasado ante Talleres en Córdoba.
Sin abandonar la ciclotimia que lo venía persiguiendo ni encontrar todas las respuestas que venía buscando, al menos los rojinegros dieron anoche con el refugio de una actuación con matices saludables ante un Independiente desdibujado, que sólo se llevó un punto porque se lo obsequió su rival.
Es cierto, la recompensa estadística del equipo de Veira todavía no alcanza para enderezar del todo el rumbo, pero al menos tiene la naturaleza necesaria para templar el ánimo en el grupo y silenciar el malestar de sus hinchas en la vecindad del clásico en el Gigante.
El gran mérito de Newell's anoche estuvo en que desterró de movida todas las estrecheces que le agrietaban su convicción y se hizo cargo de algunas de las responsabilidades que gobiernan a un equipo que se siente en deuda.
Por eso proyectó el partido en campo adversario, y mientras estuvo despabilado ofensivamente contó con el caudal de juego para limpiar la zona de gestación. Entonces Silvani le ganaba siempre a Serrizuela, Kmet se obstinaba en ensayar proyecciones por su sector y Domizi, con sus limitaciones a cuestas, se las ingeniaba para prodigarse en el despliegue. Precisamente la jugada que inauguró la apertura tuvo al Pájaro como protagonista principal. Entre Silvani y él armaron una maniobra por izquierda, que tras un rebote en Leo Díaz el delantero se la cedió al volante para que la empujara.
Nada hacía prever que esos 45 minutos terminarían castigando al que menos lo merecía. Pero como los rosarinos andan con el paso tan cambiado se empataron prácticamente solos. Federico Insúa envió un centro que, a priori, no contemplaba destino de complicación pero la pelota encontró en su recorrido el pecho de Sebastián Domínguez, quien al grito de Palos (le televisión mostró cómo se la pide) no sólo no le hizo caso sino que mandó el balón al fondo del arco.
Pero al boletín rojinegro todavía le faltaba su nota más categórica. El tiempo se moría cuando de un lateral de Federico Domínguez, previa peinada en Silvera, Pusineri le ganó en el salto al pibe Ré y el cabezazo del volante hizo que Palos sufriera el efecto Passet. Lulú puso las manos de manteca y su accionar contribuyó para que el conjunto del Tolo se fuera al descanso con una ventaja regalada.
La tónica del complemento no trocó demasiado a lo observado en el inicio del partido. Newell's reforzó su postura de dominador y enseguida encontró la justicia con una estupenda definición de Rosales. Pero después se desinfló. Y sí, este presente rojinegro conoce de zonas de grises. Por ahí deben buscarse los planos ideados en la etapa final. Las piernas ya no recibían el mandato del cerebro y entre la actitud acomodaticia de Independiente y el repliegue ostensible de Newell's, el reparto de puntos fue mejor recibido por el rojo. Y cómo no iba a ser bienvenido, si Newell's le regaló el partido.
Síntesis
Newell's 2: Palos 3; Vella 5, Grabinski 5 (82' L. Fernández), S. Domínguez 4 y Ré 6; Domizi 6, Ponzio 5, Kmet 6 y Marino 5 (70' E. Martínez 4); M. Rosales 6 (87' Saucedo) y Silvani 7. Suplentes: Pocrnjic y Adinolfi. DT: H. Veira.
Independiente 2: Leo Díaz 6; J. Serrizuela 5, H. Franco 5, G. Milito 8 y F. Domínguez 5; Pusineri 5 (64' E. Rivas 5), Castagno Suárez 5, Insúa 4 (61' Eluchans 4) y Guiñazú 4; D. Montenegro 4 (61' L. Ríos 5); Silvera 4. Suplentes: Albil y P. Paz. DT: A. Gallego.
Cancha: Coloso.
Arbitro: D. Giménez (6).
Recaudación: No fue dada.
Goles: 30' Domizi (NOB); 33' S. Domínguez (NOB), en contra; 44' Pusineri (I) y 53' M. Rosales (NOB).
Expulsados: No hubo.
Amonestados: Domizi y Marino (NOB) y J.J. Serrizuela y Castagno Suárez (I).
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