Miguel Pisano / Ovación
Central jugó el domingo, cuando goleó 4 a 0 a Gimnasia, lejos su mejor partido desde la vuelta de Miguel Angel Russo al club y contó, además, con algunas actuaciones sobresalientes, como las de Carbonari, Díaz, Cárdenas, Papa, Messera, Figueroa y Delgado. El equipo exhibió la virtud de salir a ganar el partido desde el comienzo, con una saludable vocación ofensiva cuando dominó la pelota y contó, además, con el imprescindible plus de la actitud para recuperarla rápido cuando la perdía. Quizá el único yerro que cometió fue no definir el encuentro en el primer tiempo, cuando generó media docena de llegadas claras y sólo convirtió una. Las expulsiones de Olave y Castellano en el entretiempo marcaron el punto de inflexión de un partido que Central definió por peso propio y casi a voluntad. Los marcadores centrales tuvieron una tarea impecable. Petaco le ganó prácticamente todas las pelotas divididas al Pampa Sosa, además habló, mandó y ordenó siempre a sus compañeros y coronó su gran tarde con otro misil de tiro libre, que provocó el rebote en el arquero y el tercer gol. El Cata Díaz cumplió un partido sobrio y ganó casi siempre. Cárdenas repitió su buena actuación del partido anterior hasta la lesión que lo marginó del torneo, en la mala noticia de la gran tarde del domingo en La Plata. Papa jugó bien con la pelota y cumplió con creces en la recuperación, inclusive cuando pasó de lateral por árdenas. Messera hizo un gran partido, la pidió siempre, tocó, picó y gambeteó hacia adelante, justamente frente a su club de toda la vida. Y el propio Mellizo Gustavo Barros Schelotto jugó bien, especialmente enchufado por enfrentar a los enemigos de su familia, en una típica pelea de barrio, justamente la tarde en la que gritó con alma y vida el tercer gol de su equipo contra su club de siempre. Figueroa ratificó sus notables condiciones de goleador, con tres apariciones, y participó además de la jugada del primero. Y Delgado se erigió en la figura de la cancha porque ganó casi siempre, metió el primero y sirvió un par de asistencias en otros dos goles. En suma, Central deberá tomar nota de todo lo que hizo bien para repetirlo, así como corregir hasta los mínimos yerros para jugar contra Olimpo, otro partido tan complicado como cada una de las 16 finales que quedan.
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