El gobierno colombiano anunció ayer que las relaciones internacionales se seguirán manejando sin "declaraciones explosivas", en una implícita reprimenda al ministro del Interior y Justicia, Fernando Londoño, cuyas recientes opiniones causaron malestar en Venezuela. En un escueto comunicado, el despacho presidencial también prohibió a los funcionarios emitir pronunciamientos "imprudentes". El contenido del texto oficial supone un tácito "tirón de orejas" al ministro Londoño, quien el viernes arremetió en contra de los gobiernos de Brasil y Venezuela por las reservas que han expresado frente al pedido de Bogotá de catalogar como "terroristas" a las Farc.
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