Año CXXXVI
 Nº 49.762
Rosario,
domingo  23 de
febrero de 2003
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Estados Unidos intenta convivir con la pesadilla de un atentado terrorista
El incendio en una refinería de Nueva York reavivó el miedo latente luego de los ataques del 11 de septiembre

Nueva York. - Vivir con miedo, esa es la cuestión inédita a la que deben acostumbrarse los estadounidenses. Los norteamericanos buscan escapar de una semana en la que el fantasma del atentado terrorista les hizo revivir el 11 de septiembre de 2001. La violenta explosión en una barcaza que descargaba combustible en una refinería de Staten Island (uno de los cinco barrios de Nueva York) el viernes, no sólo provocó dos muertos, un herido grave y un desaparecido, sino que reavivó una vez más el temor latente desde los ataques a las Torres Gemelas y el Pentágono dieciocho meses después. Los aprestos para lanzar una guerra con Irak y el creciente sentimiento anti-estadounidense global hacen temer a los norteamericanos que el miedo por un ataque terrorista se concrete.
La explosión, ocurrida a media mañana del viernes, interrumpió los programas de las cadenas de televisión locales, que mostraban imágenes de un espesa columna de humo negro que se elevaba en el cielo por encima de la refinería. Otra vez parecía repetirse la historia de destrucción. "Al oir la explosión, levanté la vista y vi un avión que salía de la humareda. ¿En qué cree que pensé?", preguntaba Frank Tormenia, un vecino de Staten Island, poco después de la deflagración.
La que pasó fue una semana terrible para los estadounidenses y su relación con la angustia: el lunes, 21 personas murieron en una disco de Chicago; el jueves cerca de un centenar de estadounidenses fallecieron al incendiarse un club nocturno en Rhode Island y el viernes la explosión que conmovió a la Gran Manzana dejó dos muertos. La explosión en la refinería neoyorquina "trajo a la memoria el recuerdo de las Torres", se dijo desde la CNN. Para sumar, la administración del presidente George W. Bush lanzó el miércoles una campaña de información para ayudar a la población a prepararse, sin ceder al miedo, a la eventualidad de un ataque terrorista. En pocas palabras, los estadounidenses a confeccionan "un kit de supervivencia".

Convivir con el miedo
Los mensajes confusos y las falsas alarmas sobre posibles atentados terroristas contra Estados Unidos comenzaron a afectar la psiquis de la nación, según determinaron psicólogos estadounidenses. Las advertencias frecuentes, pero vagas, están agudizando la ansiedad entre los ya angustiados estadounidenses. "En efecto, están diciendo que hay que tener miedo sin tener miedo. El resultado es que la gente no confía del todo en el gobierno", expresó David Spiegel, jefe del departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.
Desde el 7 de febrero, Estados Unidos se encuentra en alerta naranja (o muy elevado) ante posibles atentados. El miércoles el secretario de Seguridad, Tom Ridge, reveló una nueva estrategia de comunicación y pidió a los estadounidenses que tomen tres medidas básicas para prepararse ante un posible ataque terrorista: tener un equipo de primeros auxilios en la casa, diseñar un plan de contacto familiar y saber dónde obtener asesoría oficial.
El grado de ansiedad nacional también aumentó debido a una posible guerra contra Irak. Esto motivó el envío de tropas estadounidenses al Golfo Pérsico y causó gran incertidumbre económica. "Las autoridades tienen un equilibrio difícil ante sí: tratar de alertar a la población sin que cunda el pánico. El estrés prolongado puede tener consecuencias físicas y psicológicas con el tiempo, especialmente en personas vulnerables, como niños y ancianos", afirmó Tom Ollendick, psicólogo de la Universidad Tecnológica de Virginia.
Spiegel, por su parte, explicó que la noción de que una guerra contra Irak podría desencadenar más ataques contra Estados Unidos y la percepción de que los sentimientos antinorteamericanos están aumentando en el mundo pueden empeorar la sensación de vulnerabilidad. "Todo cobra un carácter más personal. Nos hacen sentir menos seguros cuando viajamos", añadió.
Un sondeo publicado esta semana por del diario The Washington Post sostiene que el 44% de los habitantes de la zona de Washington considera que el sistema de alerta por colores del gobierno "causa alarmas y miedos innecesarios". El 38% contestó que "en su mayor parte proporciona información útil". Un 10% quedó en una posición intermedia entre ambas opciones.
Sin embargo, otro sondeo nacional, realizado por la cadena de TV ABC y The Washington Post, reveló que el 27% de los cuestionados siente un grado extra de ansiedad debido a las amenazas terroristas. El 8% experimentó un alto grado de estrés adicional, mientras que más del 70% no experimentó ningún cambio.

También en los mercados
"El incendio de Staten Island provocó un movimiento de pánico en el mercado petrolero y generó una fuerte alza de los precios", indicó Paul Goodhew, analista de la casa de corretaje GNI. Luego de la explosión en la refinería el crudo estadounidense Nymex subió más de un dólar y trepó hasta los 35,95 dólares el barril. "Este accidente causó mucho miedo a los operadores", indicó Bill O'Grady, analista de AG Edwards.
El hecho ocurrió cuando la oferta de petróleo en Estados Unidos ya es insuficiente, ya que una huelga de dos meses en Venezuela redujo las importaciones provenientes de este país y disminuyó las reservas de crudo estadounidenses. "La reacción inmediata del mercado fue pensar que era un ataque terrorista y que había un peligro de ver una respuesta similar a la del 11 de setiembre de 2001", explicó Lawrence Eagles, analista de la casa de corretaje GNI.
"Pero, cuando se volvió evidente que la explosión era de origen accidental y que la casi totalidad de los puertos de Nueva York seguían abiertos, una gran parte de los temores del mercado desaparecieron y los precios se replegaron ligeramente", subrayó. En Nueva York, el precio del barril de crudo saltó inicialmente 1,21 dólares tras los primeros informes.
No obstante, los analistas del mercado petrolero concuerdan en que son sobre todo los temores a una guerra con Irak los que sostienen los precios del crudo al alza. "El principal factor de alza de los precios sigue siendo la posibilidad de una guerra en Irak, y los inversores compraron mucho ante la posibilidad de que haya nuevos desarrollos este fin de semana", indicó Lawrence Eagles.



Los neoyorquinos, por un instante, temieron lo peor.
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