Año CXXXVI
 Nº 49.762
Rosario,
domingo  23 de
febrero de 2003
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Panorama político
La delgada línea

Eduardo Alfano

El presidente Eduardo Duhalde no se cansa de tener encuestas en sus manos. No sólo lo desvela el comportamiento de Néstor Kirchner para las elecciones nacionales del 27 de abril, sino que mide constantemente el movimiento que se da en su territorio, la provincia de Buenos Aires.
Allí, donde se refugiará cuando deje la Casa Rosada el 25 de mayo, Duhalde intentará retener y aumentar la cuota de poder que hoy tiene en el justicialismo y que le permitió enterrar definitivamente las elecciones internas para presidente.
Para ello, debe garantizar el triunfo de Felipe Solá en las elecciones de septiembre, donde se elegirá gobernador, y colocar una vez más a su mujer en el Congreso de la Nación, pese a que "Chiche" Duhalde aseguró que se iría a su casa junto con su marido.
Después del "no" que Chiche les dio a Kirchner y Solá para acompañarlos en sus respectivas fórmulas, Duhalde y los principales dirigentes que le responden comenzaron a delinear la candidatura de la hoy primera dama para encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales, lo que aportaría una importante cantidad de adhesiones.
En el ámbito nacional existe una paridad de votos entre Kirchner, Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá, por lo que Duhalde apuesta a llevar al santacruceño a una segunda vuelta.
En la pelea entre duhaldistas y menemistas, donde el puntano se ubica según la conveniencia del momento, la utilización de los símbolos partidarios para las boletas del 27 de abril se había convertido en el principal frente de batalla.
Pero la jueza electoral María Servini de Cubría falló en contra del uso de esos símbolos. Ningún candidato del PJ los podrá utilizar, como tampoco la palabra "peronista", porque podría confundir al electorado.
Si bien Menem se había presentado ante la jueza por los símbolos y para oficializar su "Frente Peronista", lo hizo como parte de una estrategia tendiente a anular los planes duhaldistas para llevar cualquier identificación oficial del justicialismo.
Menem sabía de antemano cual sería el pronunciamiento de Servini y logró lo que buscaba: que ningún candidato pueda usar esos símbolos.
Para el riojano, su nombre es "marca registrada" en todo el país y, según su óptica, esto lo favorecería frente a los otros dos rivales.
Si bien Menem mira la mitad del vaso lleno, la mitad vacía indica que el ir a las elecciones sin internas y sin la marca del PJ, le restaría un caudal importante de votos.
Por eso ahora la pelea de los tres candidatos se da en territorio bonaerense, donde están cabeza a cabeza.

Las encuestas
Según la última encuesta de Hugo Haime y Asociados, que descansa sobre los escritorios de Duhalde y Solá, hay prácticamente un empate entre los tres peronistas y Elisa Carrió en la provincia, por lo que la diferencia importante habría que buscarla en el interior del país y ver lo que sucede en la Capital Federal.
En territorio bonaerense, Kirchner llega a 16,9 puntos, Rodríguez Saá 16,6, Menem 15,9 y Carrió 15,8.
Recién después aparece López Murphy con 9,2, mientras que los radicales están en el fondo de la lista, con poco más de 1 punto, donde la intención de voto en blanco alcanza 7,2 y los indecisos 6,2.
Pero la provincia de Buenos Aires no es sólo terreno de pelea por la presidencia, la gobernación genera divisiones.
Rodríguez Saá tiene en claro que el ex carapintada Aldo Rico irá como candidato a gobernador, mientras que Duhalde ya dio la bendición a Solá, y el titular de la Cámara de Diputados, Osvaldo Mércuri, amenaza con dar pelea en la soledad.
En ese marco, los problemas más importantes los tiene Menem. Hoy, el ex presidente tiene tres candidatos a gobernador: el intendente de Pilar, Luis Patti; el ex ultraduhaldista Alberto Pierri, y la mano derecha del riojano, Alberto Kohan.
Menem utiliza esta división para sumar más votos a la presidencia, pero le genera una crisis interna.
En realidad, Menem quiere a Patti y por eso le ofreció a un hombre de su confianza, el intendente de Balcarce, José Luis Pérez, para la vicegobernación. Aunque el comisario iría como alianza, por afuera del PJ.
Pierri y Kohan reclaman la candidatura para ellos, sobre todo el primero, que no quiere "regalar" su "trabajo" en la provincia para el menemismo sin ningún premio mayor a cambio.
A todo esto, otro que está en un frente de tormenta, y al que Menem quiere utilizar, es el gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann, quien volvió a su cargo luego de soportar un cuadro de diverticulitis.
Reutemann salió con los tapones de punta hacia el gobierno nacional -con el que está distanciado tras su rechazó a encabezar una fórmula presidencial- y denunció "aprietes" con el supuesto manejo irregular del dinero de las retenciones y la coparticipación.
Con anterioridad, Lole se había quejado por la distribución de los planes para Jefas y Jefes de Hogar.
Frente a esta situación, Duhalde le envió a uno de sus principales operadores, Juan Carlos Mazzón, para fumar la pipa de la paz y asegurarse de que Reutemann no terminará beneficiando a Menem en Santa Fe, como lo quiere el riojano.
Pero no todos son problemas políticos para la Rosada, el bolsillo de la población está al rojo vivo y eso es peligroso a casi dos meses de las elecciones presidenciales.
Aumento de tarifas, combustibles y alimentos esenciales para las familias, como la leche, son un verdadero dolor de cabeza para Duhalde y su ministro de Economía, Roberto Lavagna, presionado por el FMI.
Duhalde sabe que cualquiera de esas cuestiones puede cortar la delgada línea por la que el gobierno transita, con relativa calma social, hacia las urnas.


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