| | cartas Remodelación de bulevar Oroño
| Toda obra pública es en principio bienvenida. Pero como se hace con dinero de todos y para todos hay que ser muy cuidadosos en su elección y ejecución. En un régimen republicano requiere la participación ciudadana. Mueve a preocupación el anuncio del Ejecutivo municipal de remodelar bulevar Oroño para facilitar el acceso a la autopista Rosario- Buenos Aires. Primero porque en esta época de profunda crisis, que comprende a las finanzas municipales que tienen dificultades para terminar el nuevo Hospital de Emergencia, se dispone realizar una obra que estimo no es prioritaria porque el actual volumen de tránsito no la requiere. Y no se la financia con recursos genuinos sino abultando nuestra ya excesiva deuda pública. Según los anuncios se pagará mediante un crédito internacional, que eso sí tendrá que abonarse no sólo por nuestra generación sino tambien por la siguiente y mediante sucesivos gobiernos pero el actual recogerá los réditos electorales de su ejecución. ¿No puede esperar esta obra algunos años hasta que el país esté en mejores condiciones atento, insisto, en que actualmente dicho acceso a Rosario es suficiente? ¿No hay otras obras prioritarias como ser atacar los baches, la insuficiencia de desagües, el desastroso estado de la fuente de los españoles en el parque Independencia, etcétera? En segundo término se habla de reducir el cantero central. Ello sería lamentable sobre todo si se lo reduce a casi la nada como los canteros de 27 de Febrero, Pellegrini y otros en los cuales el peatón no halla un cómodo refugio, menos una pareja puede recorrerlos y casi no queda lugar para arbolarlos. El de Oroño, amén de incrementar el patrimonio vegetal, embellece el entorno, mejora el medio ambiente y cumple una valiosa función recreativa, social y deportiva por las múltiples actividades que permite. El tramo de 27 de Febrero hasta Jorge Cura tiene valiosas especies arbóreas. ¿Se han hecho los estudios del impacto ambiental que la reducción de dichos canteros importa? En tercer lugar, ¿qué intervención ha tenido la ciudadanía a través de sus representantes en el Concejo y de distintas entidades en la planificación de una obra que alterará la fisonomía de la ciudad? Por último tengo el fundado temor de que mañana vaya por más y so pretexto de agilizar el tránsito, de facilitar las comunicaciones entre el sur y el norte de la ciudad, reduzca también el cantero central de Oroño entre Montevideo y Wheelwright. ¡Cuidado con los precedentes! En conclusión estimo que la oportunidad y el modo de realización de esa obra debe debatirse y revisarse en un amplio debate como corresponde en democracia. Raúl Ghione
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