| | Dos chicos acusados de abuso sexual
| La denuncia presentada por los padres de dos nenes de 6 y 8 años develaba un cuadro espantoso: que otros dos chicos de 10 y 13 años los habían violado en el fondo de un videojuegos. Pero la investigación policial constató que los menores no fueron penetrados y que todo fue una confusa situación de abuso, donde aún no estaban claros los límites entre un acto de sometimiento y un juego propio del despertar sexual. El viernes a las 18.30, los padres de dos chicos de 6 y 8 años que viven en la zona suroeste se alarmaron cuando sus hijos volvieron llorando de un local de videojuegos y les contaron que otros dos chicos los habían violado. Ambos se dirigieron a la comisaría 18ª y formularon la denuncia por la que fueron demorados dos menores de 10 y 13 años, uno de ellos hijo del dueño del local, situado en Mar Chiquita 2851. Los niños abusados fueron asistidos en el Centro de Atención a la Víctima de Delitos Sexuales (CAV), donde el examen del médico policial acreditó que no existió penetración y que los menores no presentaban ningún tipo de lesión en la mucosa anal. Durante una entrevista en la que surgieron "versiones encontradas" del episodio, los menores precisaron que estaban jugando al pool en el lugar, cuando los más grandes comenzaron a realizar maniobras abusivas con los tacos de pool. Luego, afirmaron, los condujeron a los fondos de la vivienda, los obligaron a bajarse los pantalones e intentaron sin éxito penetrarlos. "No se pudo obtener un relato preciso, pero de todos modos se descartó la existencia de una violación", reveló Mariel Arévalo, titular del CAV. "Hay que tener en cuenta que la situación se dio dentro de un local y en presencia de otra gente. Posiblemente todo empezó como un juego que chicos de esa edad suelen tener en su despertar sexual. En las escuelas es frecuente que chicos de 6 años se acusen de este tipo de cosas, aunque la solución está lejos de obtenerse en la policía", planteó Arévalo. Los padres de los menores abusados denunciaron el delito de abuso sexual simple. En el caso intervino el juez de Menores Nº 3, Jorge Cartelle, quien dejo a los acusados bajo "estricto cuidado" de sus padres, a quienes ordenó impedir que sus hijos se contacten con los otros chiquitos.
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