Año CXXXVI
 Nº 49.757
Rosario,
martes  18 de
febrero de 2003
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Analisis: Una fecha que dejó más de lo mismo

El Boca de Bianchi, inscripto en su costumbre de ganar sin dar ni un poquito más de lo que necesite para ello, fue la nota saliente de una fecha sin gloria, con muy poco de rimbombante, con que se puso en marcha el torneo Clausura 2003.
Los otros punteros después del híbrido primer acto son un Racing que ligó de último momento, un Vélez que ganó sin lucir, un Colón que aprovechó errores y un Lanús que, de la mano del siempre rendidor Chiche Sosa, le pasó el trapo al último campeón, Independiente, más previsible ahora, después de que pasó casi todo un verano para que los rivales lo estudien.
River, con las cicatrices del verano a cuestas, salvó la ropa con el agua al cuello, gracias a un gol de Horacio Ameli, debutante con la banda roja en torneos oficiales. San Lorenzo peloteó a Central en el primer tiempo pero terminó apenas salvando un punto e Independiente se derrumbó, para completar la danza de los grandes.
La cara del Tolo Gallego, en la retirada con derrota del campo de juego de Lanús, denotaba mucha más bronca que lo que soltaba en sus palabras, que pretendían trasmitir tranquilidad: "Era un partido de empate, pero no importa, esto recién comienza". Ni él se lo creyó.
Pocos goles (23), ningún triunfador visitante, cinco empates, nada de goleadas, ausencia de actuaciones para romperse las manos y todo en carriles normales, salvo la caída del campeón.
El mismo Independiente, al recibir a Gimnasia, será el encargado de abrir el viernes la próxima fecha, en la que no habrá choques entre flamantes punteros.
Para River, Boca y Racing, la próxima prueba vendrá con ramalazos -a favor o en contra en lo anímico, con alguna dosis extra de cansancio- después de sus debuts de esta semana en la Copa Libertadores de América.
Racing visitará a Arsenal, un amigo de Independiente que ya lo puso en aprietos en el Apertura.
River se expondrá bastante (o se expondrá el inefable ingeniero Pellegrini, siempre con una excusa a mano) en una presentación en el Monumental ante el siempre molesto Vélez.
Boca visitará a Unión, también complicado, en Santa Fe, pero listo a aplicar la receta del Virrey: primero lo aburre, después lo emboca y finalmente lo aguanta.

Una zona inquietante
La zona de descenso está en llamas. Nueva Chicago parece confirmar que su destino es sufrir, pero Central y Unión arrancaron algo mejorados.
Si estos dos suman, será difícil el aguante de la categoría para el sufrido Huracán que, por lo pronto ya se sabe, no cuenta con la suerte a favor, a juzgar por el modo en que perdió el partido del viernes.
Hay un factor extra de inquietud para el Globo: si la situación ya se le torna difícil ahora ¿qué puede esperar si, por esas cosas, a Olimpo se le ocurre ganar algún partido? \A propósito de preguntas va otra: ¿No era inseguro e incómodo jugar los domingos a las 19, porque los partidos terminaban de noche y la gente debía volver tarde a sus hogares siendo el día siguiente laborable?.
Hasta lo que se sabe, a las 21 de ahora es tan de noche como en cualquier momento del año y los lunes siguen siendo laborables. (DyN)


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