Pedro Squillaci / La Capital
Cuando todo parecía indicar que el Gran Hermano no tenía resto, el último programa de la tercera edición del ciclo -finalizada el domingo- devolvió la respiración a los productores del envío. Con picos de 33.2 de rating en su última emisión, todos festejaron con champán en Telefé cuando vieron la respuesta del público al polémico y famoso "Gran Hermano 3", que hasta duplicó la primera emisión del año de "Fútbol de primera", en el 13. Tras recibir unos 150.000 llamados en la gran noche de las definiciones, la gente votó a Viviana Colmenero, la madre soltera que fue prostituta y ahora es la flamante poseedora de 100.000 pesos. Casi 70.000 televidentes decidieron que ella debía llevarse el premio mayor mientras otros 4.000 fans vivaban a la joven fuera de la casa. Sin embargo, el género parece agotado y la producción luchó los cuatro meses del ciclo para superar los 18 puntos promedio que tuvo el envío.
Viviana estaba conmovida, shockeada. Muchos telespectadores seguramente habrán temido por su salud, al menos por un instante, cuando salió por primera vez de la casa luego de 124 días. La chica de 30 años, oriunda de Belgrano, que se había animado a contar que tuvo que salir a hacer la calle para mantener a su hijo Leonel, no llegaba a comprender por qué esa multitud coreaba su nombre.
La joven superó en la final a Mauricio Córdoba, un chico modernoso, fanático del piercing, que no habría cautivado a la audiencia si no hubiese confesado que le costó superar la muerte de su madre, un año atrás. El muchacho logró 54.875 votos y se llevó 15.000 pesos a su casa. Nada mal.
Tercera quedó Romina Orthusteguy, bonita, de 26 años, quizá la sorpresa del programa. Es que pocos pensaron que llegaría a esta instancia, ya que no tenía ningún drama a su alrededor. Eso sí, protagonizó escenitas propias de telenovela con su novio, Eduardo Carrera, a quien sí se le murió su primera novia. Quizá el efecto rebote -y los ruidosos besos en la pantalla- la beneficiaron y se fue con 17.771 votos y 12.000 pesitos.
Cuarto quedó Matías Bagnato, más conocido como el gordito gay de la bata blanca, que encima confesó su homosexualidad en cámara, nada mejor. Pero lejos del perfil Gastón Trezeguet (convocado por la producción para atraer telespectadores), supo cautivar a la audiencia mostrando una imagen débil y tierna, que le sirvió para llevarse 6.651 votos y 10.000 pesos.
De los 12 participantes que estuvieron hasta cuatro meses encerrados en la casa había una ex prostituta, un gay, tres madres, una que conoció a su padre a los 21 años, un introvertido, uno que acaba de sufrir la muerte de su madre, otro que se le murió su primera novia, y casi todos flacos y lindos. "Esta vez había historias muy atractivas para contar", admitieron desde Telefé. Y agregaron: "¿Si habrá un Gran Hermano 4? No lo sabemos. Ahora estamos con todas las fichas puestas en "Operación triunfo". Astillas de un mismo palo.
| |
La Ciudad
