Miguel Angel Russo tiene una semana de mucho trabajo, porque no sólo deberá pensar cómo va a reemplazar a Daniel Quinteros y al Mellizo Gustavo Barros Schelotto, que fueron expulsados, sino que también deberá encontrar la manera de que los refuerzos que trajo empiecen a rendir de acuerdo a los fundamentos que expuso cuando los solicitó y también acorde a las expectativas que estos nombres generaron. Haciendo la excepción en este rubro de Petaco Carbonari, quien en apenas 14 minutos justificó con su golazo de tiro libre el regreso a la entidad. Pero diferentes son las situaciones de Julio César gaona y Mariano Messera, fundamentalmente en el caso del arquero, que es un puesto en el que Central por su situación no puede otorgar las ventajas que dio anoche en el Nuevo Gasómetro. En la columna del haber del rendimiento colectivo auriazul quedan algunos aspectos para ratificar el sábado ante Lanús y algunos para subsanar rápidamente. Entre los primeros es elogiable la actitud corporativa auriazul que no se resignó ni en la peor de las adversidades, la búsqueda por el arco de enfrente, cualidad que quedó en evidencia con la entrega de los dos delanteros en los momentos que el equipo perdía. También el orden defensivo y la jerarquía de Paulo Ferrari, Daniel Díaz y la vocación de servicio del Changuito Cárdenas. Pero el mayor problema está en la zona de gestación, porque cuando Messera no funciona el equipo se queda sin enlace, se convierte en un conjunto largo y carente de peso ofensivo. La semana será intensa, Russo deberá rearmar las piezas, tranquilizar fundamentalmente al arquero y organizar el juego colectivo que este equipo necesita para mixturarse con el coraje y fortalecerse como protagonista. Como aliciente para el cuerpo técnico el torneo recién empieza, el resultado le otorgó tranquilidad y los rostros de los jugadores al partir anoche del Nuevo Gasómetro reflejaron la confianza necesaria para pensar que la meta es posible.
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