El Banco Central (Bcra) volvió a flexibilizar ayer el control cambiario. Lo hizo a través de una comunicación que extendió los límites para cancelar intereses y capital de deudas en el exterior que hayan sido reestructuradas por empresas con pasivos vencidos. De esta manera, la autoridad monetaria apunta a sostener la cotización del dólar y al menos por ayer lo logró: la moneda estadounidense repuntó después de haber tocado un nuevo piso de 3,10 al que había descendido durante las últimas jornadas.
Por la misma disposición, la autoridad monetaria amplió la posición general de cambios (PGC, el porcentaje del patrimonio que se le permite acumular en divisas a las entidades financieras) del seis al diez por ciento, con lo cual busca incentivar la demanda de dólares para frenar su caída en el mercado libre.
El mercado cambiario acusó ayer recibo. Se produjo un repunte de la demanda de la moneda estadounidense, que ascendió al cierre de la jornada hasta los 3,10/3,15 pesos por unidad, en las casas de cambio. Al cierre de la jornada, el Banco Central incrementó en 11,6 millones de dólares sus reservas.
Los cambistas consultados aseguraron que el movimiento de público "fue el de todos los días por mostrador", haciendo al referencia al reducido caudal de negocios de las últimas semanas.
Las nuevas regulaciones
La comunicación A 3880 aumentó de 150 mil a 300 mil dólares el monto total mensual que las empresas que hayan reestructurado sus pasivos pueden girar a sus acreedores en el exterior, sin necesidad de contar con el consentimiento previo de la autoridad monetaria.
Las empresas endeudadas, por otra parte, pueden cancelar desde ayer servicios de intereses financieros a acreedores del exterior con una antelación de hasta quince días corridos a la fecha de vencimiento de cada cuota de interés, sin tener que pedir tampoco la autorización oficial.
También estarán en condiciones de conformar fideicomisos para el pago de deudas reestructuradas con el exterior con dólares adquiridos en el mercado libre por hasta un cinco por ciento del monto del pasivo, cuando hasta ayer tenían el tres por ciento como tope máximo.
Las deudas incluidas en la normativa son las de capital de carácter financiero del sector privado no financiero que se hayan contraído con bancos del exterior, casas matrices, filiales del exterior y también las que se hayan colocado como bonos en el mercado internacional.
La norma, que modifica anteriores disposiciones de diciembre y enero pasados, amplía asimismo el límite de tenencia de dólares por parte de bancos, a los que hasta ahora se les permitía sólo acumular divisas hasta el seis por ciento de su patrimonio.
A pedido de la UIA
La modificación de la PGC fue anticipada varias veces por voceros de la autoridad monetaria, luego de que en los últimos días de 2002 se levantaran distintas trabas al giro de divisas al exterior.
El objetivo que perseguía entonces y volvería a perseguir ahora el jefe del Central, Alfonso Prat Gay, en sintonía con la política económica llevada adelante con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, es el de frenar la caída del dólar, que experimentó en el mercado libre una fuerte merma en las últimas semanas, aunque ayer repuntó hasta los 3,15 pesos, todavía está lejos de los cuatro pesos de mediados de 2002.
El titular de Hacienda había recibido el martes a la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA), que había reclamado la necesidad de mantener el dólar por encima de los tres pesos, para no atentar contra la competitividad lograda por los productores argentinos frente a los bienes importados.
Qué hacer con la moneda
Algunos de los analistas que siguen puntillosamente todos los movimientos del dólar avizoran un mayor movimiento operativo a partir de marzo. Basan sus pronósticos en que las empresas comenzarán a reacomodar sus pagos de deuda e intereses al exterior y, fundamentalmente, por las coberturas que aparecen en todos los períodos preelectorales.
Entretanto, en los bancos sostienen que los fondos destrabados de los Cedros se recolocan en los plazos fijos y en algunos casos, los inversores más experimentados, se interesan por la alternativa de las Letras del Banco Central.
Desde la apertura y hasta el cierre de las operaciones el dólar ayer se mantuvo por encima de los precios de clausura del miércoles y en la misma dirección se movían los contratos a futuro.
En Rosario, donde se canaliza el grueso de los negocios a término, cada una de las posiciones, todas para arriba, se ubicaban en los siguientes valores: Febrero, 3,16 pesos; marzo, 3,22 pesos; abril, 3,32 pesos; y mayo, 3,39 pesos.
La sensación de que la divisa alcanzó un "piso" también se vio reflejada en alguna medida en el balance del Banco Central al término de sus intervenciones en la plaza cambiaria.
El índice dólar que se opera en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires se cotizaba para fin de febrero a 3,21 pesos con una suba del 0,94 por ciento. Los vencimientos de marzo en 3,28 pesos estaban 1,54 por ciento arriba y abril en 3,35 pesos crecía 0,29 por ciento. La posición mayo en 3,43 pesos subía 0,58 por ciento.
Por el lado de las tasas de interés, los ahorristas recibieron un rendimiento promedio del 1,32 por ciento mensual, equivalente al 16,10 anual, mientras que las inmovilizaciones de dinero en las cajas de ahorro accedieron a un promedio del 0,15 por ciento mensual o del 1,82 por ciento expresado en términos anuales.
En el circuito mayorista de dinero los préstamos en el miniplazo de 24 horas se resolvieron al 5,25 por ciento anual y en el grupo de entidades de menor rango las que salieron a demandar recursos aceptaron endeudarse al 5,75 por ciento.