Si bien el llamado murió casi antes de nacer y las intenciones del Cruz Azul de recuperar a Mariano Messera chocaron rápidamente con la negativa del jugador, todavía faltaba la voz del volante para despejar cualquier duda sobre lo sucedido el martes por la tarde aquí en Tandil. El refuerzo canalla que el miércoles se quedó en su habitación porque tenía 39 grados de temperatura, ayer al mediodía concurrió al gimnasio y antes de almorzar se refirió a la incómoda situación que vivió durante algunas horas con el pedido de los mexicanos. "Me llamaron desde México el martes y me pidieron que regrese. Según lo que me dijo la persona con la que hablé (Benito Pardo) la historia surgió tras la primera fecha del campeonato. Cruz Azul jugó muy mal y eso hizo considerar a todos los dirigentes de que mi presencia en la mitad de la cancha podría serle útil al equipo. Una cosa disparatada, pero le dije que estaba muy bien en Central y que no me volvía ni loco. Además le expliqué que el técnico (Mario Carrillo) había sido muy claro conmigo cuando me dijo en la cara que no me iba a tener en cuenta", resumió Messera. "Además cómo me iba a volver, yo ya trasladé a toda mi familia al país, hice una mudanza muy grande y mi deseo es quedarme. Lo entendió, charló con el presidente del Cruz Azul y al rato se comunicó conmigo para decirme que no me hiciera problema porque ya estaba todo arreglado", continuó el ex Gimnasia. Para dar por cerrado el tema, Messera añadió: "Todavía no entiendo para qué me llamaron, si hace quince días yo no le servía, no creo que un técnico cambie de opinión tan rápido. Si decidía volver seguro que me iba a pasear, porque de jugar ni hablar".
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