Tandil (Enviado especial).- Siempre es aconsejable en los partidos de pretemporada no moverse con soltura en la arena de las consideraciones determinantes. La cabeza manda poco, sólo funciona a cuentagotas y las piernas siempre terminan acusando el baqueteo de los turnos de entrenamientos.
Bajo esa consigna, el mensaje que fluye es que Central en su presentación en el triangular en la ciudad de Tandil recién entregó una aproximación de un funcionamiento válido para considerar cuando a su juego lo oxigenaron los pibes. Por eso este 2 a 2 final que roza lo anecdótico apenas encontró la mutación esperada en el ingreso de Herrera, Acoglanis y Poy. Simplemente por la ayuda de ellos, el equipo de Miguel Angel Russo logró empardar un partido que perdía 2 a 0 y que por lo demostrado en el primer tiempo había acercado la sensación de que la noche pintaba con ribetes preocupantes.
Ante ese panorama hubo un lapso de dientes apretados y de inseguridades compartidas. Pero a pesar de esa tendencia, los planteos denunciaban su fin. Mientras Central sucumbía a los dictámenes de la pretemporada y lucía nublado en su cuerpo colectivo, Quilmes asumió con autoridad las riendas del trámite y del resultado. Por eso a nadie sorprendió que, a los 12', Castellano dejara corto un rebote en los pies de Verón y el ex salaíto sacudiera la chapa numérica.
Los canallas estaban tan limitados en sus aportes para alterar las coordenadas que ofrecía el partido que ni siquiera acusaron el impacto de la desventaja. El simulacro de reacción no prosperaba más allá de los intentos individuales de Mandra.
Ese era el perfil de la puja hasta que el jugadón de Benítez, que contó con la anuencia del medio y la defensa canalla, terminó de sincerar las ambiciones desparramadas durante la primera mitad.
El complemento mostró el mejor rasgo de Central. Russo fue consecuente con su idea de mixturar con juventud a su esquema y trató de activar el resorte de las ganas con los ingresos de Acoglanis, Herrera y Poy. Y vaya si lo logró. La apuesta tuvo rápida correspondencia en el remate del chaqueño que reventó el travesaño y cayó en la cabeza de Papa para ponerse a tiro del marcador.
A esa instancia el ímpetu de los refrescos no sólo aletargaron las maniobras ofensivas de los cerveceros, sino que enviaron señales inequívocas de que las llaves para trocar la historia estaban en su pureza. Y se sabe, la fantasía siempre es materia no perecedera. Herrera se le escapó otra vez a la defensa cervecera y su instinto de goleador levantó la red.
De ahí en más, Quilmes perdió capacidad de manejo y los canallitas molestaron el empate cuántas veces se lo propusieron.
Ahora Central tiene la chance de quedarse con la Copa que está en juego si el domingo le gana por dos goles a Gimnasia, pero lo más importante que dejó este primer partido es que Russo ya anotó en su libreta que con los pibes no siempre se amanece mojado. Cosas de chicos vio.
Síntesis
R. Central 2: Castellano 5; A. Díaz 5, Leonforte 5, Gasparini 5 y L. García 5; M. Quinteros 5, Erroz 4 (46' Acoglanis 6), Papa 5 y Ruggiero 6 (79' Encina); Mandra 5 (46' Poy 6) y Arriola 4 (46' Herrera 7). DT: Miguel A. Russo.
Quilmes 2: Lavallén 5; Gerlo 4, Raggio 5 (46' Desábato 4) y Saavedra 6; Braña 6, Alayes 6, Verón 6 (82' Iuvalé) y Nardi 5; Benítez 6 (57' Raymonda 5); Torres 5 y Marclay 5 (73' S. Bueno 5). DT: Gustavo Alfaro.
Cancha: Municipal de Tandil.
Arbitro: Pablo Giménez (6).
Goles: 12' M. Verón (Q), 26' Benítez (Q), 49' Papa (RC) y 56' Herrera (RC).
Expulsados: No hubo.