Hace cuarenta años que James Bond conquistó al público de todo el mundo con su martini en una mano y su revólver en la otra. En su cuarta película como el famoso espía británico, Pierce Brosnan retoma el papel que lo catapultó al estrellato. "Otro día para morir", la cual será estrenada hoy en Rosario, comienza, como ya es costumbre, con una escena cargada de acción en la que Bond debe escapar de las garras de sus enemigos en medio de un campo minado, en la zona desmilitarizada entre Corea del Norte y Corea del Sur.
Desde Hong Kong, pasando por Cuba y hasta Londres, Bond circula por el mundo en búsqueda de un traidor y para prevenir el inicio de una guerra mundial, de proporciones catastróficas.
En esta oportunidad, Bond debe trasladarse a Islandia para atrapar al asesino Gustav Graves (encarnado por Toby Stephens) y su mano derecha Zao (interpretado por Rick Yune). El encuentro entre los protagonistas lleva a una explosiva confrontación y un final que termina en Corea, donde se inicia la trama.
Después de concluir su cuarta película en el rol protagónico, Brosnan ha dejado sin dudas una marca indeleble en el personaje de Bond. "Con tres películas exitosas en mi haber, fue muy fácil transformarme en el personaje", explicó el actor irlandés. "Ahora, el reto es continuar mejorando y hacerlo mejor que en el filme anterior. Esto es muy difícil, porque las expectativas del público son muy altas. Bond es un héroe de acción, es una creación fantástica", explicó.
"Pero lo más complicado es hallar el drama en la acción", agregó Brosnan, quien opinó que el guión de "Otro día para morir" tiene una fuerte potencia narrativa. "La historia es fascinante. Bond es capturado, torturado y despojado de sus credenciales por ser un doble agente. Por primera vez se convierte en un renegado y se ve forzado a limpiar su nombre para volver a incorporarse en el juego", afirmó.
Brosnan ayudó a desarrollar el guión. "Me senté a trabajar con los escritores Neal Purvis y Robert Wade y hablamos sobre la historia desde el comienzo", dijo.
En honor al 40 aniversario de Bond, sus creadores incluyeron en el filme referencias a sus aventuras pasadas. Este hecho histórico energizó la producción. "No podría estar más contento. Estoy orgulloso de Bond y muy conforme por haber concluido cuatro películas", expresó el actor.
Para Brosnan rodar cuatro películas significó también hacerlo a las órdenes de cuatro directores y cuatro estilos diferentes. "La elección del director siempre fue muy sólida. Pero Lee Tamahori tiene su propio estilo, sumamente energético. Su trabajo en «Otro día para morir» ha sido increíble", opinó.
Brosnan alabó el talento de su coprotagonista, la atractiva Halle Berry -premiada con un Oscar por su trabajo en "Cambio de vida"-. "La escena en la que sale del mar con un sensual traje de baño es simplemente perfecta. Es una actriz dramática increíble, pero al mismo tiempo sabe interpretar un papel de acción. Nos divertimos mucho juntos. Halle está sin dudas entre las mejores chicas Bond", afirmó.
"Me divertí mucho como una chica Bond", dijo por su parte Berry. Cuando la actriz apareció en el set de rodaje con su Oscar, todos manifestaron su admiración. "Me hicieron sentir sumamente orgullosa pero volvimos rápidamente al trabajo". Durante toda su carrera, Berry mantuvo un equilibrio entre sus roles dramáticos y sus papeles en películas de acción. "Mi meta siempre ha sido la diversificación. Esta película complementa mi carrera de forma positiva", afirmó.
Personificar a Jinx fue un reto interesante. "Ella es muy fuerte y me agrada el hecho de que sea el próximo paso en la evolución de una versión femenina de Bond. Cada año, las chicas Bond se fueron desarrollando, cada vez más fuertes, más inteligentes, más iguales a Bond, mientras que al mismo tiempo mantuvieron su sensualidad", explicó.
"Jinx es sumamente sexy, muy femenina, muy inteligente, tan rápida como Bond a la hora de hacer comentarios. Es una de las mujeres más poderosas que he protagonizado, alguien que puede ser sensual e inteligente al mismo tiempo. Jinx tiene diferentes aspectos que la hacen aún más interesante de interpretar", agregó.
Berry practicó en muchas de las escenas de acción del filme. "Me sentí cómoda en la mayoría de ellas. Combate con cuchillos, juegos de revólveres, pude hacer de todo y parecer al mismo tiempo un profesional", concluyó.
Todo empezó con el Dr. No
Los fans de James Bond son como niños pequeños, dijo Roger Moore en una ocasión. "Todas las noches quieren escuchar la misma historia de buenas noches". La serie sobre el agente secreto cumple 40 años en la gran pantalla y aportó un total de 20 películas desde la primera "Dr. No", en 1962.
A pesar de que la crítica está de acuerdo respecto de que el clímax dramatúrgico se superó hace aproximadamente 35 años, Pierce Brosnan podría estar en lo cierto cuando dice: "Bond seguirá existiendo dentro de 50 años".
Las aventuras del agente 007 al servicio de la reina Isabel II de Inglaterra son la serie más exitosa de la historia del cine. Hasta ahora, ingresó más de 8.000 millones de dólares. Seguramente, tenía razón el presidente del Partido Laborista británico Hugh Gaitskell a comienzos de los años 60 cuando escribió al creador de Bond, Ian Fleming (1908-1964), las siguientes palabras: "La combinación de sexo, violencia y alcohol es irresistible para alguien que lleva una vida tan limitada como la mía".
Hace algunos días, un agente secreto de verdad, Mr. D, aseguraba ante el tribunal que el sabelotodo con licencia para matar es una figura de cuento como Tarzán o Indiana Jones. Y eso que James Bond realmente existió. Fue un hombre tranquilo, experto en pájaros, cuyo nombre Fleming tomó prestado para su héroe.
Fleming mismo fue agente secreto británico durante la Segunda Guerra Mundial. Gracias a sus excelentes conocimientos del alemán -había estudiado en Munich- le resultó fácil ascender en las filas del legendario MI6. También Bond habla alemán sin problemas y tiene una madre suiza.
La primera novela sobre Bond, "Casino Royal", apareció en 1953, seguida de 13 tomos. En 1961, la serie ya era un éxito mundial. El presidente John F. Kennedy decía que "Desde Rusia con amor" (1957) era uno de sus libros preferidos.
Por eso no fue de extrañar que los productores Albert R. Broccoli (1909-1996) y Harry Saltzman (1915-1994) propusieran llevar este material al cine. El autor se indignó cuando le presentaron al actor que iba a interpretar el papel principal: un ex lustrador de ataúdes de Escocia llamado Sean Connery.
"Yo busco al comandante Bond y no a un extra demasiado grande con cara de camionero", se lamentó Fleming, que prefería al aristocrático David Niven.
Sin embargo, Connery es considerado hasta hoy el mejor Bond y el más clásico. Su insulso sucesor George Lazenby desapareció tras sólo una película. Con Roger Moore, llegó un parodista de Bond, que veía las cintas como "comedias".
El intérprete de Shakespeare Timothy Dalton quería hacer "un ser humano" de la máquina de matar a prueba de balas. Y el actual 007, Pierce Brosnan, simplemente quiere interpretar al "héroe máximo".
James Bond es un guerrero frío que se quedó sin misión tras la caída del Muro de Berlín. Desde entonces, lucha contra terroristas islámicos en Afganistán o contra la mafia en Rusia, pero en palabras de su jefe "M" es un "dinosaurio" de una época gris que ya quedó en el pasado.
"Discutimos sobre si Bond debería ir tras la pista de Bin Laden", cuenta Brosnan sobre la más reciente película, "Otro día para morir". Pero parece no ser tan fácil. Una mezcla tal de realidad y ficción hubiera sido un riesgo innecesario para los productores.
A la pregunta de cuánto influyó el 11 de septiembre en las películas de Bond, el director Lee Tamahori dijo: "Ya ninguno de los personajes muere quemado".
Un buen Bond, se dice, depende de su antagonista. Son legendarios los malvados de las primeras películas: Ernst Stavro Blofeld con su gato blanco sobre el regazo, la asesina de la KGB Rosa Klebb y lógicamente Auric Goldfinger. Los diálogos de aquel entonces eran más o menos así: \-Usted espera de mí que hable.
-No, señor Bond, espero que se muera.
"James, ¿qué ha pasado contigo?", se preguntaría Mrs. Moneypenny. El feminismo, el sida, la vida natural y la corrección política alteraron todo lo que le divertía al agente secreto.
Ahora debe ser fiel al menos durante el transcurso de una película, renunciar a los cigarrillos e incluso tomar agua mineral. Y su mayor humillación: su nuevo jefe es una mujer. Pero hay una cosa que no cambió: Bond tiene bellas mujeres, coches veloces y armas mortales. Y siempre gana. Justamente ése es el secreto de su éxito, opina el escritor italiano Umberto Ecco.
Todo el mundo conoce las reglas del juego y puede opinar. Las "variaciones mínimas a través de las cuales el triunfador llega a su meta" son las que le dan la mayor satisfacción a los seguidores de este personaje.