Año CXXXVI
 Nº 49.724
Rosario,
jueves  16 de
enero de 2003
Min 17º
Máx 33º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





El humorista presenta en Mar del Plata su "Candombe nacional 2003"
Enrique Pinti: "Soy una unidad coronaria ambulante"
Dijo que tiene miedo de ser considerado un número fijo

Leonor Soria

En esta temporada de verano, el actor Enrique Pinti ha decidido sentar basa en el teatro Neptuno de Mar del Plata, con su espectáculo "Candombe Nacional 2003", logrando un nivel de convocatoria que desde hace años lo ha transformado en una especie de "cheque al portador".
"Tengo miedo de que me consideren un número fijo -confesó el actor- porque considero que, en realidad, nadie lo es. La situación del país es muy complicada y la racha se puede cortar en cualquier momento".
Desde su habitación en el hotel Sheraton, el humorista habló acerca de la continuidad de su carrera que lo mantiene en la cresta de la ola desde hace más de 20 años. "Tengo la suerte de ir renovando mi público gracias a los videos y a internet, por eso los chicos más jóvenes tienen idea de quien soy -afirmó-. Pero la base de mi público es la gente que tiene entre los 40 años y la edad de la muerte".
"Es el público que me seguía desde hace casi 30 años -argumentó-, cuando tenían 30 o 35 y ahora están en la tercera edad, son jubilados y muchos de ellos no tienen un mango para la entrada".
Esta ventaja que Pinti reconoció y que le permite incorporar nuevas generaciones a su público, trae aparejada una constante necesidad de renovación en el plano estético.
"Todos los artistas tenemos la necesidad de llegar a la mayor cantidad de gente posible. Pero como en mi caso se trata del análisis de la realidad, del país y del pasado, me interesa mucho que los jóvenes me oigan porque yo les puedo transmitir lo que nosotros hicimos mal para que ellos no lo repitan", enfatizó.
"Es importante para mí -insistió- ya que ellos son los que me van a gobernar mañana, los que van a determinar que yo cobre o no mi jubilación".
Sin embargo, Pinti no es tan iluso como para confiar en que el teatro va a cambiar drásticamente el mundo en que vivimos. "A lo largo de la historia -afirmó- más que factor de cambio el teatro ha sido reflejo de la realidad y la ha puesto sobre el escenario de una manera diferente como para inducir en el público la reflexión".
El actor reconoce que lo masivo tiene más posibilidad de influenciar en las transformaciones, mientras que el teatro sigue siendo de minorías. Pero, en cambio, tiene un enorme poder como lugar de resistencia. "El teatro tiene algo heroico en el hecho de estar todas las noches ahí, estés bien o te sientas mal, sujeto a que se corte la luz o el sonido, a que el público vaya o no. Es algo muy vivo -resaltó-, no se puede tecnificar como la televisión o el cine, donde se trabaja sin ver a la gente y la película se estrena un año más tarde, cuando todos se olvidaron de que la hicieron".
"Además el escenario es un mundo con muchos rostros -agregó-, tiene la forma liberadora de la carcajada, la de la reflexión, de la provocación, de lo escandaloso".
"La gente necesita el fenómeno vivo -sostuvo-, ver al actor en la misma dimensión que él, advertir que respira. El teatro es resistencia no sólo en lo político sino también en lo artístico: sigue siendo artesanal y se sustenta en lo esencial".
Nadie como él tan osado en el humor, tan desafiante en los conceptos, tan irrespetuoso con lo formal, no obstante, reconoce que no todo puede ser abordado desde la comicidad. "A veces tienen mucho que ver los tiempos. Uno no puede aplicar el humor en el atentado a las torres -señaló a manera de ejemplo-, es una tragedia. Pero con el tiempo, a veces se puede usar algo tan horrible como eso para significar otra cosa".
"Yo digo en el espectáculo -ejemplificó- que Bin Laden no hubiera podido hacer el atentado en nuestro país porque coordinar la salida de dos aviones desde lugares distantes para que converjan, en el momento justo, en un punto determinado, es algo imposible de lograr en la Argentina. Ese es un chiste, no sobre las torres sino sobre nosotros".
"Algunos dicen que la violencia verbal tiene la misma entidad que la física, pero no es así: no es lo mismo decirle de todo a tu mujer que mandarla al hospital. La acción es mala, pero no es lo mismo matar que insultar", sostuvo con firmeza.
Pinti volcó en la construcción de su identidad artística cuanto había estudiado en el profesorado de castellano, literatura y latín, así como su interés por todo lo que tuviera que ver con la historia.
"Resolví darle a mi estilo un cierto toque académico, pero de un academisismo lleno de puteadas, como para romper el hielo y expresar otra de mis facetas. Porque yo tengo una parte culta y otra guaranga, heredada de una familia italiana que le gustaba los chistes verdes e incluso lo escatológico", relató.
El humorista subrayó que el café concert revalorizó el talento sobre la apariencia, en una época donde imperaban los galanes. "Si no eras bello pero tenías un cuerpo pasable, podías se un actor de reparto. Ahora los bichos están de moda, pero en aquel momento si eras un bicho te desahuciaban".
Al finalizar la charla el actor reconoció que le gustaría transitar por otros estilos, pero no quiere desorientar a su público. "Me convertí en una especie de unidad coronaria móvil -confesó- y la gente necesita escucharme en lo que estoy haciendo ahora. Si algún día dijera que voy a hacer "Mustafá" o "El burgués gentilhombre", sentiría como si abandonara el hospital siendo el único que sabe donde está la inyección de penicilina". (Télam)



"El teatro es resistencia de lo político y lo artístico".
Ampliar Foto
Notas relacionadas
La amenaza de los tímidos
Diario La Capital todos los derechos reservados