Año CXXXVI
 Nº 49.724
Rosario,
jueves  16 de
enero de 2003
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Un quiosquero fue gravemente herido por negarse a dar cambio
Dos jóvenes lo balearon en la ingle y en el tórax en su local de barrio Moreno

A Mario Joaquín Rodríguez no lo asaltaron nunca en 27 años de actividad comercial. Pero la fatalidad, al menos según lo que explica su familia, llegó a su pequeño almacén de barrio Moreno por un hecho mucho más insignificante que un robo. La calurosa noche del martes, cuando cenaba en la vereda con su esposa y su hija de 15 años, dos jóvenes lo balearon con furia en distintas partes del cuerpo porque se negó a darles cambio de diez pesos. Llegó casi desangrado al Hospital de Emergencias (Heca), donde permanecía internado en grave estado, con una herida de bala en el corazón y en estado de coma farmacológico. La policía no descarta un presunto ajuste de cuentas.
El "quiosco de Mario", como conocen en el barrio al local de Rodríguez, tiene 27 años de historia en Presidente Quintana 2175, en una zona de calle de tierra y humildes casitas de material cercada por una villa miseria. A las 22.30 del martes, Rodríguez, de 51 años, cenaba en la vereda con su familia cuando tres jóvenes a los que conocía del barrio llegaron al comercio y pidieron cambio de diez pesos, según denunciaron sus familiares en la comisaría 15ª. Los clientes fueron atendidos por la hija de 15 años de Rodríguez, quien les dijo que no tenía cambio. Como los jóvenes insistieron intercedió Rodríguez, quien reiteró la negativa.
Los jóvenes se fueron sin pronunciar palabra y la familia volvió a reunirse alrededor de la mesa. Pero al poco tiempo regresaron y empezaron a insultar al comerciante. Dos de ellos portaban armas. " Se notaba que estaban drogados. Mi mamá y yo enseguida nos metimos adentro de la casa", contó la hija de Rodríguez.
En medio de gritos e insultos los atacantes balearon con dos armas a Rodríguez, quien cayó inconsciente frente a su casa. Los vecinos ayudaron a sus familiares a trasladar al comerciante hasta la esquina de Oroño y Presidente Quintana. Como ningún taxi quería parar, según su hija, transcurrió una hora hasta que una pareja que pasaba por el lugar llevó a Rodríguez al hospital en su auto particular. "Llegó casi desangrado", confió la chica, que quedó a cargo del comercio mientras su padre permanecía internado en la sala de terapia intensiva del Heca.
En el hospital el comerciante fue asistido de las heridas de bala que recibió en la ingle y en el pecho, donde el proyectil dañó una arteria. Fue operado e inducido con medicamentos a un estado de coma. Su estado era grave.
Rodríguez abrió el negocio 27 años atrás cuando llegó de Mendoza para radicarse en Rosario. "En 27 años nunca sufrió un robo y eso que en este barrio asaltan cada diez minutos. Mi papá es un hombre de bien", decía la chica, quien en momentos no contenía las lágrimas.



El quiosco de Rodríguez, quien estaba grave en el Heca. (Foto: Daniel Carrizo)
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