Año CXXXVI
 Nº 49.720
Rosario,
domingo  12 de
enero de 2003
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Mercados
La cuestión del dólar es fiscal y no cambiaria
La divisa se había depreciado por la amenaza de subir retenciones. La tendencia de fondo es a la suba

Salvador Di Stefano

La baja en el precio del dólar contra el peso no es un problema cambiario sino la consecuencia de un problema fiscal.
Es sabido que en Argentina existe un mercado cambiario controlado en el cual el ingreso de dólares al país no esta permitido. Quien desee ingresar dólares debe venderlos en el mercado o al gobierno, quien los adquiere entregando en contrapartida pesos.
Por otro lado, quien desea sacar fondos al exterior debe pedir autorización al Banco Central República Argentina (BCRA) quien luego de observar la operación verá si esta se puede llevar adelante o no. En el caso que acepte el giro de dólares al exterior, tomará los pesos y entregará los dólares a quien corresponda.
De esta forma, cuando ingresan muchos dólares (preferentemente por las exportaciones ya que las inversiones no existen) el BCRA adquiere una enorme cantidad y sus reservas crecen. En cambio, cuando la demanda de dólares aumenta fuertemente, pierde divisas. En este último caso, el Central toma medidas para que esto último no ocurra ya que prohibe los giros al exterior, o bien limita la compra de dólares en el mercado interno.
En los últimos días se conoció la posibilidad de que el gobierno aumente las retenciones a la exportación. De esta forma, quienes exportan cobrarían menos por las ventas al exterior realizadas. Con lógica empresaria si uno sabe que lo que va a vender mañana puede tener un precio más bajo que el que tiene hoy, se apresura a vender al exterior y liquidar lo más pronto posible las divisas.
Esto hace que haya una sobreoferta de dólares en un mercado controlado con demanda restringida por la regulación pero también con menos demanda de dólares porque quienes demandan no se apresuraran a comprar cuando el precio está en baja.
¿Cómo se revierte esta situación? Muy sencillo: el gobierno debería definir rápidamente si habrá o no aumento de retenciones. Si aplica un aumento en la alícuota de las retenciones, los exportadores no liquidarán ya que el precio del dólar será muy poco atractivo frente a la enorme presión tributaria, y esperarán que el precio del dólar suba. En cambio, si no aplica el aumento de alícuotas los exportadores, estos ya no se apresurarán en vender y esperarán un dólar más alto que el actual.
Así, se concluye que la evolución del dólar estará más ligada a las medidas fiscales que se implementen, que a las normas que tiendan a la flexibilización del mercado cambiario.
Un incremento en la alícuota de las retenciones puede producir un daño muy grande a la economía a futuro, ya que todos los sectores beneficiados por un dólar alto verán menguar notoriamente su rentabilidad por la voracidad fiscal del Estado. De esta forma, sectores como el agropecuario, pierden todos los beneficios que le trajo la devaluación del signo monetario y, si bajaran los precios internacionales, podrían mostrar una rentabilidad negativa. En este escenario se para cualquier tipo de inversión ante la inseguridad fiscal y jurídica que viven quienes desean invertir en Argentina.

El dólar está barato
Por otro lado, sin que crezcan las exportaciones tampoco crecerá el país ya que el mercado interno está muy deprimido y difícilmente pueda convertirse en dinamizador del crecimiento. Por otra parte con el actual precio del dólar, en algunos rubros vuelve a ser atractivo importar productos algo que el gobierno deberá agendar para ver qué política fiscal y monetaria lleva adelante a futuro.
El dólar está muy barato. Quien compare la evolución del dólar con la performance de los precios está comparando peras con manzanas, ya que la suba de precios esta disfrazada en el marco de los profundos controles que coloca el Estado. Conclusión: comprar dólares es una muy buena inversión. La bolsa está muy selectiva y a estos precios hay que esperar una toma de ganancias. Sigue siendo atractivo el Boden para el corto plazo. A 155 está a muy buen precio (para comprar y vender no para atesorar). La tasa de interés que ofrecen los bancos es muy baja, demasiado para tanto riesgo cambiario en danza. El euro alcanzó un nuevo récord contra el dólar y sigue siendo una buena inversión pero si se compró por debajo de uno no hay que olvidarse que nadie se fundió por tomar ganancias.
La mejor política monetaria es una buena política fiscal. Hasta tanto este gobierno no muestre equilibrio fiscal hay que olvidarse de la estabilidad en el precio del dólar. Más tarde o más temprano, el peso se seguirá devaluando.


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