Nada mejor que arrancar el año con una victoria frente el clásico rival y para continuar con los festejos luego de la obtención del Apertura. A Independiente el presente le sonríe. En el Torneo de Verano en Mar del Plata derrotó a Racing por 2-0, con goles de Pablo Cuba y Andrés Silvera.
El Rojo tuvo un mejor comienzo y avisó a los 5 minutos con un cabezazo de Pablo Cuba, tras un centro de Javier Díaz, que salió apenas junto al palo derecho de Cuenca. Fue un indicio de lo que se venía.
En una jugada que se inició en el propio campo de Independiente, el Gomito Gómez le puso un pase fantástico a Cuba, que definió con un toque sutil sobre la salida de Cuenca.
Minutos después, Racing tuvo el empate en los pies de Estévez. El Chanchi la tiró de emboquillada y Albil en gran reacción la sacó por encima del travesaño. El mismo delantero dispuso de otra ocasión propicia pero el golero del rojo le ganó el mano a mano.
De a poco Racing se fue apoderando del control del balón, favorecido además porque Independiente se quedó con uno menos por la expulsión de Franco, que le entró fuerte a Romero.
Estévez fue el que más preocupó a la última linea roja aunque siempre encontró un obstáculo que le ahogó el grito de gol. En una ocasión fue Villavicencio el que se interpuso antes que la pelota traspusiera la línea de sentencia, luego de que el delantero de la Academia metiera un taco que superó a Cuenca.
Pero Racing dilapidó la chance de contar con un hombre de más. Pumar le pegó un codazo a Cuba y Sánchez le mostró la tarjeta roja.
El bajón que tuvieron en la segunda etapa conspiró contra el espectáculo. Dividieron el juego, no tuvieron ideas y los arqueros rara vez tuvieron que intervenir.
Para solucionar la falta de creatividad y lograr mayor potencia en ataque, el Tolo Gallego mandó a la cancha al Rolfi Montenegro y al goleador del pasado torneo Apertura, el Cuqui Silvera. Y las variantes dieron resultado. Ellos dos fueron los artífices del segundo gol de los diablos, que concretó el delantero con un espléndido remate desde media distancia.
Del otro lado, las variantes que introdujo Osvaldo Ardiles no pudieron revertir la pálida imagen de su equipo.
Sixto Peralta siguió intentando aunque pocas veces pudo quebrar a la defensa roja. Es cierto que Mumo estuvo demasiado sólo a la hora de crear.
A esa altura Racing había bajado los brazos, impotente por no poder revertir la historia del primer clásico del año. Para Independiente todo salió a pedir de boca. Estrenó el título con un triunfo nada más ni nada menos que ante su eterno rival.
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La Ciudad
