Año CXXXVI
 Nº 49.720
Rosario,
domingo  12 de
enero de 2003
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Un príncipe que los Windsor escondieron
Uno de los últimos secretos de la casa real británica: la oculta existencia del hijo menor del rey Jorge V

Se trata de uno de los últimos secretos de la casa real británica: "el príncipe escondido". No hay ninguna biografía sobre él y existen apenas algunas fotos. Sin embargo, vivió. Se trata del príncipe Johnnie, el hijo menor del rey Jorge V (1865-1936), el abuelo de la actual reina Isabel II.
A causa de sus frecuentes ataques de epilepsia, se lo escondió en el palacio de Sandringham hasta su muerte, el 18 de enero de 1919, a los 13 años. Ahora, una serie televisiva de la emisora británica BBC echa luz sobre este oscuro capítulo de la familia Windsor.
Muy pocos visitantes del alejado palacio tuvieron la oportunidad de ver al misterioso príncipe. Para que nadie entrara en contacto con él, se lo mantuvo aislado en una casa de campo. A veces, alguien lograba verlo cuando miraba a través de una ventana o jugaba en el bosque. Al parecer, era demasiado grande para su edad, por lo que se lo apodó "el niño monstruo".
Sin embargo, el niño rubio de cara angelical fue durante sus primero cinco años de vida el centro de atención de una familia más bien áspera. A diferencia de sus hermanos mayores, era abierto y suelto. Pero entonces comenzaron los ataques, sobre cuyas causas y tratamiento no se sabía nada en ese entonces.
Jorge V, que justo había asumido el trono, consideró que la enfermedad de su hijo era una mancha para su carrera. Su amor era para la Royal Navy, la marina de guerra, y allí no podía prestar sus servicios nadie que tuviera un hijo epiléptico. Es así como el monarca, que no leyó un sólo libro como adulto pero cazó alrededor de un millón de pájaros, decidió esconder a su hijo entre cuatro paredes. El mundo debía olvidarse de este príncipe.
Pronto corrió el rumor de que Little Johnnie se había vuelto "completamente estúpido". Sin embargo, según descubrió el director Stephen Poliakoff cuando investigaba para la serie, esto es falso. Si bien, según Poliakoff, Johnnie sufría de algún tipo de retraso mental, en su entorno era considerado un niño muy querible y no era tan tonto ni tan distinto a otros niños.
Había algo en lo que aventajaba especialmente a su recio padre y a su reprimida madre, la reina Mary: podía demostrar sus sentimientos y hacerse querer por los demás. Su vida en el aislamiento no estuvo marcada sólo por la infelicidad. Su compañera de juegos, Winifred Thomas, recordó más tarde muchas horas juntos, como una tarde en la que vieron los primeros Zeppelin "como cigarros plateados en el cielo".
Fue su niñera, Lalla, quien sostuvo su mano cuando finalmente murió, tras un ataque epiléptico especialmente terrible. Su hermano mayor, el futuro rey Eduardo VIII, se limitó a decir "gracias a Dios murió el animal".
Johnnie fue enterrado con la mayor reserva y fue rápidamente olvidado, salvo por aquellos que lo habían conocido realmente.
"Veo a Johnnie como una persona excepcional", dijo Poliakoff. "Ese es el motivo por el cual quise celebrar su vida", agregó. (DPA)


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