Año CXXXVI
 Nº 49.720
Rosario,
domingo  12 de
enero de 2003
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Salta y San Nicolás
Robo frustrado en una casa de familia
Los ladrones ingresaron sin hacerse oír y optaron por escapar sin llevarse nada al ser descubiertos

Dormir encerrado en una habitación bajo el efecto reparador de un aire acondicionado le deparó una desagradable sorpresa a una familia de Salta al 3500. Uno o más delincuentes se introdujeron en la vivienda por una ventana mientras un matrimonio dormía plácidamente y estuvieron a punto de llevarse electrodomésticos y ropa, entre otras pertenencias. Pero el robo se frustró por la imprevista llegada de una hija de la pareja a la vivienda, lo que puso en fuga a los ladrones.
Sucedió ayer poco antes de la 1.30, en una casa de planta alta ubicada en Salta entre San Nicolás y Cafferata. Allí viven José Cándido, su mujer y sus dos hijos. El dueño de casa contó que a esa hora dormía junto a su mujer encerrado en la habitación con el aparato de aire acondicionado encendido para mitigar el calor.
Cándido, un ex empleado del Senado provincial, comentó que esa noche trabajó en la computadora que está ubicada en la habitación de su hijo. Lo hizo hasta poco después de las doce de la noche tras lo cual se fue a recostar. A esa altura de la noche, José estaba solo con su mujer porque sus dos hijos habían salido.
La pareja durmió tranquilamente incluso con el perro que tienen de mascota al pie de la cama. El animal que, según su dueño, suele ser bastante guardián no tuvo ninguna reacción por el ingreso de personas extrañas. Todo se descubrió cuando Gisella, la hija mayor del matrimonio, regresaba a la vivienda. Cuando recién había subido la escalera que separa la puerta de calle del departamento, alguien tocó timbre. Fue en ese momento en que detectó cierto desorden en la casa.
Según declaró en su denuncia en la seccional 7ª, la muchacha al escuchar el timbrazo dio media vuelta para atender la puerta y observó que un hombre salía corriendo. Antes de salir a la calle, Gisella sospechó que algo extraño había ocurrido en la casa. Así se encontró con que su habitación, la de su hermano, la cocina y el comedor estaban completamente revueltas.
El panorama se completaba con un conjunto de electrodomésticos acomodados dentro de una caja depositada al pie de la venta de una de las piezas. Esa habitación era la de su hermano que tenía la persiana de plástico blanco forzada. Por esa abertura habían ingresado una o más personas que revisaron la casa palmo o palmo, mientras la pareja descansaba encerrada en el dormitorio. La familia comprobó que no habían alcanzado a robar y, atando cabos, dedujeron que el hombre que tocó timbre en el momento en que Gisella entraba pudo ser quien actuaba de campana y anunciaba la interrupción del robo.



El dueño de la casa de Salta al 3500 revisa el desorden. (Foto: Angel Amaya)
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