Año CXXXVI
 Nº 49.712
Rosario,
sábado  04 de
enero de 2003
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El gobierno venezolano analiza la suspensión de las garantías constitucionales
Batalla campal entre chavistas y opositores en las calles de Caracas
Cuatro personas heridas de bala y varias atendidas por efectos de los gases lacrimógenos y pedradas

Caracas. - Al menos cuatro personas resultaron heridas de bala ayer cuando partidarios y opositores del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, chocaron en Caracas en el día 33 de un paro cívico contra el gobierno. Los manifestantes y efectivos de seguridad, que habían actuado con gases lacrimógenos y perdigones para contener los enfrentamientos, se arrojaron al piso al escucharse disparos en la Avenida Los Ilustres, al suroeste de Caracas. El comandante de los bomberos de Caracas, Rodolfo Briceño, dijo que además de los cuatro heridos de bala hay uno más por perdigones; otras 12 personas presentan contusiones, especialmente por piedras, y 75 fueron atendidas por los efectos de los gases. El funcionario agregó que los heridos de bala "no están graves", y que dos son policías, otro un miembro de la Protección Civil y el cuarto es un civil.
Durante los confusos choques, efectivos militares usaron gases y perdigones para separar a los bandos y para evitar que los opositores se aproximaran al cercano Fuerte Tiuna, una base militar, a donde pretendía llegar inicialmente la marcha opositora. Reporteros vieron que tanto chavistas y opositores se arrojaron al suelo para protegerse de los disparos, cuyo origen no fue identificado de inmediato por las fuerzas de seguridad.
La marcha opositora, llamada La Gran Batalla, salió desde varios puntos de Caracas y tenía previsto llegar cerca del Fuerte Tiuna, donde está detenido desde el lunes el general disidente Carlos Alfonso Martínez, a pesar de que un tribunal ordenó su liberación. Los enfrentamientos comenzaron cuando cientos de simpatizantes del presidente colocaron barricadas en la avenida para impedir el paso de los opositores, quienes se resistían a abandonar la zona y rompieron un cordón de seguridad policial.

Estado de excepción
En medio de los choques, Chávez dijo que si se viera forzado declararía un estado de excepción, que implica la suspensión de algunas garantías constitucionales, pero agregó que de momento no hay condiciones para ello. "Yo estoy obligado a proteger el pueblo, yo estoy obligado a proteger el orden público, obligado a proteger la seguridad, la soberanía y la defensa del país, así que si me obligan pues yo tendré que hacerlo", dijo a periodistas en el palacio presidencial.
Las protestas de ambos bandos, radicalmente polarizados en torno al teniente coronel retirado que asumió el poder hace casi cuatro años, se han vuelto parte de la cotidianidad venezolana desde el inicio del paro general el 2 de diciembre, que exige la renuncia de Chávez y el adelanto de elecciones. "No tenemos miedo, no tenemos miedo", gritaban los opositores que marchaban entre las nubes de gas exigiendo la libertad de Martínez, quien no tiene mando de tropas y es acusado de participar en el alzamiento contra Chávez en abril.
El general integra un grupo de oficiales que el 22 de octubre se declaró en "desobediencia" y llamó a sus compañeros de armas a desconocer al gobierno de Chávez, que enfrenta una crisis política y un paro que ha casi paralizado a la vital industria petrolera del país.
El chavismo, por su parte, convocó a una concentración también en las cercanías del Fuerte Tiuna para apoyar al gobierno y pedir cárcel a los golpistas.
EEUU llamó a ambas partes a "flexibilizar" sus posiciones apoyando la mediación de la OEA. La situación en el país sudamericano, quinto exportador mundial de crudo, repercute en los mercados petroleros y causa inquietud creciente en el continente. (Reuters y DPA)



Manifestantes se protegen de los disparos en la refriega.
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