Darío del Arco
Por primera vez, y tal como lo adelantara La Capital, el gobernador Felipe Solá admitió en las últimas horas, con condiciones, que podría ser candidato a presidente. Y, uno de los "requisitos" expuestos, parece no ser una pavada: que las elecciones generales -previstas para el 27 de abril- se realicen en octubre de 2003. Con esta alternativa fantasean desde hace más de un mes el "duhaldismo" y algunos dirigentes que creen que esa posibilidad, abriría el camino a una eventual postulación del propio Eduardo Duhalde, tras su retirada en mayo. Está claro que, si finalmente Duhalde encarna una candidatura, Solá ni asomaría en la conformación de un binomio y apostaría, en cambio, a repetir en el máximo sillón provincial. En el entorno del gobernador, sostienen que las últimas declaraciones de Solá sólo pretendieron "poner fin" a una serie de operaciones que estarían "empujando" al bonaerense a una nueva aventura política. Habría que convenir que, si eso es verdad, Solá no eligió el mejor camino. Se enojó cuando los mencionaron como un potencial vice -ya sea de Kirchner o de la Sota-, montó en cólera cuando lo ubicaron como piloto de una fórmula con el misionero Ramón Puerta y despotricó contra cuanto duhaldista pudo cuando lo elogiaron como un gobernador con aspiraciones a más. Ahora, Solá cambió el enojo por la sonrisa y hasta se prestó a declarar que su candidatura es "difícil, pero no imposible" si los popes del peronismo se ponen de acuerdo en buscar la "unidad nacional" y, a la vez, se postergan para octubre los comicios previstos para el 27 de abril. Es indudable, entonces, que Solá ha comenzado a ser cada vez más "funcional" a los "alquimistas" del gobierno que buscan, a toda costa, retener espacios de poder. Hoy, la relación de Solá con Duhalde es buena. Se han apaciaguado algunos resquemores que nacieron cuando, desde el duhaldismo, se insinuó la posibilidad de que Chiche busque el año que viene la gobernación. Mientras el duhaldismo busca eliminar las internas partidarias, aprobar un sistema de ley de lemas que no sumen para un mismo partido, postergar los comicios generales de abril para octubre -escenario judicial por medio-, Solá parece haber puesto con firmeza sus dos pies dentro del plato "duhaldista".
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