Las perspectivas inflacionarias, después de alejado por el momento el fantasma de la híper, rondan entre el 30 por ciento y 50 por ciento según distintos trabajos, incluida una estimación realizada por el gobierno nacional en el presupuesto 2003, aprobado el viernes pasado. Según el economista Jorge Bertero, el nivel de capacidad ociosa instalada en las empresas "puede absorber una mayor demanda" sin que por esto se traduzca en un incremento de la inflación. De todas formas, el economista puso algunos reparos que tienen que ver con la política monetaria que lleve adelante el gobierno en términos de emisión, ya que el abuso de apelar a la maquinita de imprimir billetes abonaría el terreno para la espiralización de la inflación, ante la constante devaluación del peso. Y consideró que los salarios y los servicios a lo largo del próximo año presionarán para seguir al dólar. De allí, la decisión del gobierno de convalidar o no el actual nivel de la moneda estadounidense.
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