Caracas. - El gobierno de EEUU, tratando de no ser visto como socavando la institucionalidad de Venezuela, respaldó ayer la realización de un referendo sobre el asediado presidente Hugo Chávez, en lugar de la realización de elecciones anticipadas. Mientras la Casa Blanca se retractaba de su anterior llamado a elecciones adelantadas, la oposición bloqueaba varias avenidas y autopistas de Caracas y llamaba a una gran movilización, denominada la "toma de Caracas", para el jueves o viernes próximo.
El portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer dijo que Washington apoya un referendo "para que la voluntad del pueblo sea escuchada", pero no especificó una fecha determinada. El viernes, la Casa Blanca había emitido una declaración diciendo que "EEUU está convencido de que el único camino pacífico y políticamente viable para salir de la crisis en Venezuela es a través de elecciones anticipadas".
La declaración hizo que aumentara la presión internacional sobre Chávez, un populista y ex paracaidista del ejército que enfrenta un paro que entró en su tercera semana y detuvo la vital industria petrolera del país. Al apoyar la idea de un referendo, EEUU tomó así distancia de los opositores venezolanos, que exigen su renuncia inmediata y la convocatoria a elecciones anticipadas, lo que viola la Constitución del país. Chávez, electo en 1998 y quien fue brevemente derrocado por un golpe militar en abril, ha insistido en que la Constitución de Venezuela contempla un referendo revocatorio recién en agosto de 2003, a mitad de su mandato.
Incidentes callejeros
Militantes opositores venezolanos bloquearon ayer varias avenidas y autopistas en Caracas, entre escaramuzas con la policía que los dispersó con gases, al iniciar la tercera semana de una huelga general indefinida para exigir la renuncia de Chávez. La policía dispersó con perdigones de goma y gases lacrimógenos a los opositores que bloquearon arterias de la capital e intercambiaron golpes y pedradas entre encendidos forcejeos con seguidores del mandatario, que no arrojaron víctimas.
Centenares de agentes antimotines intervinieron por lo menos en una decena de puntos de la capital, causando un enorme caos vial y acentuando temores de que la violencia salga del control. La nueva forma de protesta subió un nuevo escalón de conflicto, sin que se some el final, cuando la partes siguen irreconciliables y confiadas en su victoria.
La dura oposición venezolana prevé una escalada en sus movilizaciones callejeras para exigir la renuncia del presidente, que debe culminar con una mega marcha que podría llegar al presidencial Palacio de Miraflores, intensificando los temores de un gran estallido de violencia en Venezuela. La marcha se realizaría este jueves o viernes y sus detalles no fueron revelados por cuestiones "estratégicas y de seguridad", declaró ayer a la prensa el opositor gobernador del estado Miranda (se extiende desde el este de Caracas), Enrique Mendoza.
Exhortación de la OEA
La Organización de Estados Americanos (OEA) acordó ayer respaldar "enérgicamente y de manera inequívoca" las gestiones de mediación que realiza en Caracas su secretario general, César Gaviria, así como rechazar "categóricamente" cualquier alteración del orden constitucional por medios no democráticos en Venezuela.
Esos conceptos formaron parte de un proyecto de resolución que era debatido a puertas cerradas por el Consejo Permanente de la OEA, con miras a dinamizar los esfuerzos de Gaviria, dijeron fuentes diplomáticas.
Los embajadores de los 34 países miembro, que comenzaron a discutir el tema el viernes, acordaron también urgir al gobierno y a la oposición a negociar "de buena fe" para alcanzar "una solución pacífica, democrática, constitucional y electoral", afirmaron fuentes consultadas. (Reuters y AFP)