Pablo F. Mihal / La Capital
Con la finalización de la temporada 2002, el seleccionado argentino de rugby terminó de transitar gran parte del camino que lo separa del objetivo máximo: el Mundial. A sólo meses del kick off del partido inaugural, Los Pumas lograron mantener un nivel determinado, pero el perfil del equipo todavía no apareció en magnitud sino que pudo verse en determinados momentos de algunos partidos.
Dividido en dos partes, el 2002 de Los Pumas dejó un margen para el análisis. En la primera parte del año hubo una evolución sostenida en los rucks, más precisamente a la hora de defender en ese tipo de reagrupamientos. El line había tenido una mejoría (que se desdibujó totalmente en la segunda parte del ciclo). Otra característica positiva del primer segmento del año fue que el equipo se animó a atacar más y se ganó el respeto de sus rivales no sólo por la garra y el scrum. Dentro de las perlitas negras se destacan el retroceso en el reposicionamiento defensivo y en el cansancio que acusaban la mayoría de los jugadores tras una exigente temporada europea (donde se desempeña la mayoría).
Para la segunda parte del año, Los Pumas debían superar dos escollos dificilísimos: el largo tiempo transcurrido que separaba las dos partes de la temporada y el poco trabajo efectuado en forma conjunta. Superados éstos, o encarados de la mejor manera posible, el resultado marcaría un punto de inflexión sobre todo teniendo en cuenta lo que va a venir.
Daniel Baetti, uno de los entrenadores de Los Pumas, dejó por un momento la solemnidad del guardapolvos blanco, abandonó por un momento su práctica de médico en el Sanatorio Plaza y analizó no sólo la segunda parte del año del seleccionado, sino que habló con nombres propios y se atrevió a hablar del futuro junto a Ovacion.
"Lamentablemente, el partido con Australia fue el primero de la serie de tres (N. de la R. que se completó con los test ante Italia e Irlanda) y digo lamentablemente porque nos hubiera gustado jugar después de la gira que hicimos por Europa", dijo el entrenador rosarino quien a renglón seguido explicó el porqué: "Teníamos en cuenta que tras largos períodos donde no nos vemos, más allá de las miniconcentraciones que hacemos en Francia, el equipo no termina de ensamblarse adecuadamente, pero somos un poco esclavos de lo que a veces logra conseguir la dirigencia. Y Australia puso las condiciones para venir".
-¿Qué análisis hicieron del partido frente a Australia?
-Después de uno de esos parates jugamos justamente ante el campeón del Mundo (el último encuentro fue contra Sudáfrica el 29 de junio y contra los Wallabies el 2 de noviembre) y para ese partido entrenamos sólo cuatro veces antes de jugar. En el partido en sí, no estuvimos bien con la pelota... básicamente estuvimos peleados con ella. No hubo conexiones adecuadas entre los medios y si a eso le agregamos un cierto grado de nerviosismo que fue apareciendo a medida que fueron pasando los minutos y las cosas no salían, todo ayudó para que en algún momento el equipo se descontrolara. Vimos jugadores nerviosos que pasaban la pelota y se les caía, y otros que actuaron en forma absolutamente aislada del resto. De ese partido como en toda la última parte del año, lo que pudimos rescatar es la defensa, que anduvo muy bien, a tal punto que el único try que nos puede hacer Australia fue por un error individual de dos jugadores que fallaron en la marca. Fueron dos errores consecutivos muy bien aprovechados por Australia.
-Aún así la sensación que dejó el partido fue de que Argentina lo podía haber ganado tranquilamente.
-Seguramente. Si sólo contamos las fallas a los postes de Contepomi, tenemos ahí una cantidad de puntos llamativa. Aún jugando mal, el equipo da la sensación de que puede enfrentar a estas potencias en este nivel y no como pasaba hace un par de años atrás donde corrías grandes riesgos de comerte una goleada. El equipo defensivamente da una imagen más solvente, que está más sólido que antes.
-En el caso específico el partido con Australia, ¿no hubo errores en la toma de decisiones por parte del capitán o capricho por parte de Contepomi en los envíos a los palos? Vos fuiste pateador, ¿cuál es tu opinión?
-Hubo penales esquinados y bastante lejos, pero en algún momento tuvieron dos o tres opciones que fueron en 22 yardas y bastantes factibles. Entonces, creo que cualquier capitán asume la necesidad de que se metan tres puntos más. Me parece que ese punto no es quizás criticable. Además Arbizu no le impuso a Contepomi que siga pateando sino que fue el apertura el que quiso seguir probando todas las situaciones que tuvo, aunque a lo mejor íntimamente no tuvo la confianza de otros días. Eso es natural dentro del rugby. Yo he sido pateador y así como ayudé a ganar partidos, también los he perdido. Quizás lo que tendríamos que haber tenido era alguna alternativa, pero para Australia específicamente no habíamos desarrollado seriamente la posibilidad de otro pateador, que sí lo hicimos para la gira por Italia e Irlanda.
-La otra variante era Arbizu.
-Arbizu o Albanese, que a veces también lo hace. Deben existir otras alternativas. A lo mejor en una situación similar con otro pateador dentro de la cancha Contepomi erra los primeros tres y después no patea más.
-Con Quesada, ¿cómo están las cosas?
-Quesada es un jugador que está dentro del plantel y al que vamos a seguir evaluando en sus rendimientos. Sabemos que volvió a jugar de apertura, está jugando de titular en Beziers y vamos a hacerle un seguimiento para ver si está en condiciones de insertarse nuevamente en el equipo. De todas maneras para ese puesto no sólo pensamos en Felipe Contepomi sino que además están Fernández Miranda y Hernández -que tuvo una muy buena gira- que son alternativas que también vamos a manejar.
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La Ciudad
