Abolghasem Mesbahi, conocido como el Testigo C, ratificó ayer en Alemania ante el juez federal Juan Galeano que Irán depositó unos 10 millones de dólares en una cuenta en Suiza para que el gobierno de Carlos Menem encubriera el atentado contra la Amia. Sin embargo, el iraní no pudo reconocer entre las fotografías que le exhibieron al supuesto funcionario que habría viajado especialmente para gestionar el cobro del dinero. Además, dijo que su informante en materia de cuentas suizas habría sido "asesinado".
Así lo revelaron en Buenos Aires fuentes del caso, quienes precisaron que -más allá de la ratificación de los puntos esenciales de sus anteriores declaraciones-, el disidente iraní, sin embargo, habría cambiado su versión original sobre la cuenta en que se depositó el dinero.
Es que el Testigo C había identificado una cuenta de la inteligencia iraní de la que habría salido el dinero supuestamente pagado a Menem, pero ahora el testigo aseguró que, en realidad, el dinero habría surgido de otra cuenta, de la que no habría aportado más detalles.
En ese sentido, según trascendió, Mesbahi explicó que, luego de que sus declaraciones sobre esta cuestión aparecieran publicadas en el New York Times, su situación se habría "complicado".
Y reveló que su "informante" en materia de las cuentas suizas habría sido "asesinado", dijeron las fuentes consultadas.
En un juzgado de Berlín, y frente al juez Galeano y el fiscal José Barbaccia, Mesbahi ratificó las dos declaraciones que había prestado anteriormente y luego la audiencia fue suspendida para hoy, cuando continuará el interrogatorio.
Bajo un pacto de confidencialidad entre Argentina y Alemania, el Testigo C declaró dos veces ante Galeano: primero, en 1998, en el país que lo protegía, donde dio detalles sobre cómo operaban los grupos terroristas de su país. Y dos años después, en la ciudad de México, cuando comprometió al gobierno de entonces.
Según el testigo, el gobierno de Irán había decidido volar la sede de la Amia porque confiaba en que el gobierno de Carlos Menem le garantizaría impunidad, no sólo porque entendían que el ex jefe del Estado sería "antisemita", sino porque las relaciones políticas y económicas entre Irán y la Argentina les hacían creer que no serían investigados.
De acuerdo a ese testimonio, después del atentado que el 18 de julio de 1994 mató en Buenos Aires a 85 personas, el gobierno de Menem envió a Irán a un funcionario "que trabajaba en una oficina de Presidencia" para informar sobre la investigación judicial y, presuntamente, negociar la impunidad de Irán.
Siempre, según sus dichos, el enviado era "una persona con barba, de cincuenta años, tez de color trigueño" que le fue presentado como "un hermano argentino".
Así, añadió, antes del atentado Irán habría depositado 10 millones de dólares en una cuenta del Banco de Luxemburgo en Ginebra a nombre, supuestamente, de Carlos Menem.
Frente a estas imputaciones, el ex presidente y hoy aspirante nuevamente a la primera magistratura ha venido rechazando una y otra vez las acusaciones, calificando al Testigo C como un "delirante".
Además, sostuvo que es víctima de una operación política para perjudicarlo en su carrera hacia las próximas elecciones.
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La Ciudad
