Elisa Santafe
Praga.- La Otán dio un paso hacia su reforzamiento en la cumbre de Praga a través de su próxima ampliación hasta la frontera rusa y de la creación de una fuerza de reacción como parte de su modernización para hacer frente a la amenaza terrorista, pero queda por saber el peso internacional que tendrá en el futuro. Este reciclaje se produce después de que el pasado año Estados Unidos no contara con la alianza para atacar Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre, a pesar de su disposición, y se limitara a pedir ayuda a varios países. Ante una eventual intervención militar en Irak, los líderes de la Otán se limitaron el jueves a acatar el mensaje de la ONU, que en su resolución 1.441 advierte a Saddam Hussein de las consecuencias de no eliminar las armas de destrucción masiva si las tiene. Si Irak no se desarma, Estados Unidos podría intervenir con la ayuda de los países que se le sumaran, ya que dentro de la alianza al menos un país, Alemania, se niega a participar en una operación militar. "El esquema más claro sigue siendo una coalición más amplia en la que el emblema Otán no sea demasiado visible", estimó André Dumoulin, experto de la Escuela Real Militar de Bélgica. "En el futuro, EEUU elegirá de la Otán a los aliados que quieran trabajar con él", consideró por su parte Clifford Beal, editor jefe de Jane's Defence Weekly. En el fondo "está en cuestión su peso militar en el futuro", según Beal, que añade que el problema principal es la diferencia entre lo que EEUU destina a defensa y la mucho menor parte del presupuesto que dedican los europeos. "La defensa todavía no es un asunto importante en las agendas políticas europeas en ningún país" y los europeos "no están gastando mucho". A pesar de su futuro incierto, los pasos dados por la alianza en la cumbre de Praga, "expresión de cambios estratégicos motivados por la desaparición de la Unión Soviética -según el presidente del gobierno español, José María Aznar- deben beneficiar tanto a los europeos como a Estados Unidos y a los futuros miembros". La ampliación de la Otán a siete países, los tres bálticos que tienen frontera con Rusia (Lituania, Letonia y Estonia) y otros cuatro (Eslovaquia, Eslovenia, Bulgaria y Rumania) que pertenecieron al desaparecido Pacto de Varsovia, "es crucial para una mayor estabilidad política entre la Europa del este y la occidental", estima Beal. Lo que emerge de la cumbre de Praga "es una Otán rediseñada por EEUU en la estela del 11-S, y con la vista puesta en una posible acción militar contra Irak", según un editorial del diario español El País. Para José María Aznar, "la alianza debe ser garantía de seguridad y la materialización diaria del vínculo transatlántico, que debe seguir manteniéndose como un gran compromiso". (AFP)
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