La mañana gris y los innumerables problemas que azotan en los últimos tiempos a los argentinos contribuyeron a resaltar el desinterés que provocó en el público el discreto partido amistoso que el seleccionado de fútbol jugó ayer con el representativo de Japón. A diferencia de hace cinco meses, cuando la expectativa de un Mundial hacía que los argentinos madrugaran para seguir por televisión las alternativas de los encuentros que jugó Argentina, esta vez fueron muy pocos los que alteraron su ritmo matinal para preocuparse por el juego del seleccionado. Sin lugar a dudas el estrepitoso fracaso del seleccionado de fútbol en ese torneo ecuménico y la continuidad del técnico Marcelo Bielsa en su cargo de entrenador fueron elementos que jugaron en contra del entusiasmo de los argentinos. El hecho de que los jugadores citados para este encuentro hayan sido en su gran mayoría los mismos que jugaron el último torneo mundial, no actuó como mínimo aliciente para los aficionados. Lejos de ocuparse del partido que jugaba en Japón el conjunto nacional, la mayoría de las radios porteñas y del interior reflejaban en sus programas periodísticos los temas que golpean hoy a los argentinos, como la desnutrición infantil o el alto índice de desocupación. Por otra parte, en el orden del interés deportivo, los hinchas argentinos se encuentran inmersos, desde el domingo último, en un mar de especulaciones acerca de la definición del campeonato torneo Clausura y el decisivo partido que jugarán en el domingo Independiente y Boca Juniors y que prácticamente puede arrojar un nuevo campeón. Por todo ello el partido que jugó ayer por la mañana, hora local, el seleccionado argentino ante un flojo rival como es Japón concitó poca atención entre los aficionados. Los bares, con sus televisores encendidos, no concitaban la atención de los parroquianos que desayunaban poco antes de dirigirse a sus habituales ocupaciones. Es indudable que por mucho tiempo Marcelo Bielsa y sus dirigidos no lograrán hacer olvidar la desilusión provocada en los argentinos con el fracaso en la primera ronda del Mundial de Corea-Japón. Es que los jugadores del seleccionado argentino de fútbol llevarán esta mochila sobre sí durante mucho tiempo, muy probablemente hasta poco antes del próximo Mundial de Alemania 2006, cuando tengan su revancha. En suma, mucho tiempo deberá pasar para que el escepticismo desaparezca de los aficionados argentinos respecto del seleccionado y, sin lugar a dudas, sólo se logrará el día que aparezca en el equipo alguna pincelada de fútbol distinto y menos esquematizado, que es lo que espera el hincha de esta nueva etapa.
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