Eduardo Valverde / La Capital
Durante la sesión de fotos, no parece demostrar asombro por la situación de ser, esta vez, el generador de la noticia. El periodista Hernán López Echagüe se enfrasca luego en un extenso diálogo con La Capital, dejando en evidencia la euforia que ha instalado en su vida esa larga caminata por las entrañas del otro país que se esconde bajo el manto de la globalización capitalista. El cronista que hizo la radiografía de la patota del aparato pierrista en el Mercado Central, y por eso padeció amenazas y agresiones, ha enfocado ahora su lente en las organizaciones barriales del movimiento piquetero. López Echagüe volcó esa experiencia en su último libro, "La política está en otra parte". "Los piqueteros han plagado el aire de interrogantes", asegura, y destacó que no tienen "ligazones con una estructura política perimida". -¿El auge del movimiento piquetero está asociado a la crisis de representatividad de los partidos tradicionales? -Hay varios factores que confluyen. Por un lado, la pésima política social de todos los gobiernos desde el retorno a la democracia. Pero creo que el fundamental para el crecimiento del movimiento de desocupados es que son sectores totalmente excluidos del modelo. En el libro elegí aquellas organizaciones y movimientos de desocupados que tienen un hilo en común: la independencia y la autonomía. Estos dos aspectos aluden a estructuras que no tienen ningún tipo de relación con centrales sindicales ni con partidos políticos, y que practican una total horizontalidad en las decisiones. En ese sentido, no le dedico ni una línea a Luis D'Elía o a Juan Carlos Alderete, cuyas organizaciones son totalmente piramidales y actúan como dirigentes sindicales clásicos. Se trata de estructuras que funcionan dentro del sistema. -¿Qué características tienen las organizaciones que motivaron tu trabajo? -Son totalmente horizontales y no alimentan liderazgos. La Coordinadora Aníbal Verón, por ejemplo, decide todo por asambleas. Cuando se presentó el libro en Buenos Aires, hicieron una miniasamblea para decidir quién de ellos me iba a acompañar en la mesa. Priorizan un desarrollo territorial y autónomo. Eligen en asamblea su representante ante la Coordinadora, pero cada Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) que la integra tiene su trabajo autónomo. En líneas generales, todos estos grupos surgen a partir de la exclusión, están en el afuera del sistema. Esto lleva a que encaren emprendimientos autogestionarios, como las huertas comunitarias, las panaderías, las bloqueras. -¿Estas agrupaciones tienen alguna relación política entre sí? -Se han ido conociendo a la distancia, a medida que fueron brindándose solidaridad frente a la represión. Comienza a existir alguna vinculación entre la Coordinadora Aníbal Verón y el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase), que marcharon juntos hace poco a Plaza de Mayo pidiendo por "la reforma agraria", y por "pan, trabajo y dignidad", es decir juntando sus consignas. -¿Cuál es su concepción del poder? -Los piqueteros han plagado el aire de interrogantes. Al no tener un pensamiento estructurado, una táctica y una estrategia, una teoría del poder como todo partido político, hay un hacer constante. Es una praxis política eminentemente empírica. En qué va a derivar este movimiento es algo muy difícil de precisar. Creo que es un soplo de aire fresco, de esperanza, ver a toda esta gente que no tiene ligazones con una estructura política perimida. -¿Es concebible pensar en el futuro una unidad política a nivel nacional de todas estas organizaciones? -Creo que inevitablemente estos movimientos confluirán en una organización unitaria por un modelo social más justo y solidario, que ya están prefigurando.
| |