Omar Bravo / La Capital
Esta noche el presidente Eduardo Duhalde comenzará a librar la primera de las dos batallas decisivas que le quedan a su mandato: obtener un respaldo de gobernadores y parlamentarios para la firma del acuerdo con el FMI. La segunda será consolidar con una candidatura el espacio político post congreso del PJ en Obras Sanitarias. Si lo logra, habrá ganado su larga guerra contra el menemismo. Las fuentes que revelaron a La Capital el plan para que Duhalde se quede hasta diciembre del 2003 y se creen las condiciones para que Carlos Reutemann sea su sucesor aguardan con optimismo el encuentro de hoy en Olivos. Saben que Roberto Lavagna convencerá a mandatarios y legisladores sobre la oportunidad histórica de alcanzar un acuerdo capaz de serenar el frente externo y llevar certidumbre a los mercados domésticos. Reutemann comparte esta visión. La pelea interna en el PJ, enturbiada por la bruma que produjo el default, no presenta cambios. Reutemann sigue siendo el favorito de la Rosada, y como esa preferencia es tenuemente correspondida por el gobernador, ya muestra sus efectos. Un dirigente menemista reconoció que "aunque Lole no se involucre personalmente, le está permitiendo a Duhalde comercializar su marca". Recuérdese que en una entrevista con La Capital, Eduardo Menem describió la actitud del santafesino hacia Duhalde como una especie de "premio consuelo". Otros menemistas ya se preparan para enfrentarlo. Los recientes comentarios laudatorios de Reutemann hacia Chiche Duhalde fueron celebrados en la Casa de Gobierno como un eslabón más en la cadena con la que el presidente pretende atar su victoria sobre Menem dentro del PJ. "Fue un gesto espontáneo de una persona que nunca miente", se ufanaron. Por otra parte, ven que varios precandidatos (Rodríguez Saá, Carrió y hasta Kirchner) han sido quienes, al criticarlo, están empujando a Reutemann hacia el plan maestro de Duhalde. Pero existen otros elementos que lo han hecho reflexionar sobre el futuro inmediato. En la Casa Rosada dicen saber que algunos gringos y pequeños productores, a quienes el gobernador conoce como nadie, le han dicho recientemente: "Que Duhalde ni sueñe con irse", ante el temor de que se termine el pequeño veranito que gozan sus actividades productivas. El miércoles será otra jornada que dividirá aguas. La comisión de Acción Política surgida del congreso de Obras empezará a transitar el camino de la fórmula de consenso. En la Cámara baja, el bloque Azul y Blanco (alineado con la fórmula Menem-Romero) intentará formar quórum para sancionar una prórroga de 180 días a las ejecuciones de bienes hipotecarios, corrimiento rechazado por el Fondo. El oficialismo, por el contrario, buscará remover los obstáculos que impiden un acuerdo con una premisa inamovible: Duhalde se va el 25 de mayo. Después, en acuerdo con el radicalismo, sancionará la suspensión de la ley de internas abiertas, obligatorias y simultáneas, y sólo luego se sentará a discutir el cronograma electoral definitivo. Cuando Duhalde declara "no tengo futuro", quiere decir que pagará ese precio si saca del escenario político a su adversario histórico, Menem. Pero su plan maestro prevé que los grandes distritos, Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, queden bajo el control de sus jefes actuales: Duhalde, Reutemann y, si fuera posible, De la Sota. Y eso en política significa todo lo contrario: Duhalde cree en su futuro y marcha a librar las batalla que definirán la guerra.
| |