El veterano de guerra Alejandro Videla recordó con tristeza el regreso a casa. "Nos llevaron a Montevideo, allí estuvimos hasta el 13 de junio. Vino la gente de la Cruz Roja y nos preguntó cómo nos habían tratado. Mientras cruzábamos el Río de la Plata jugaba Argentina Bélgica por el Mundial en España. Nos llevaron a La Plata y luego a Campo de Mayo. Estuvimos una semana donde nos interrogaron, nos evaluaron sicológicamente y nos hicieron firmar una declaración jurada donde nunca contaríamos nada de lo que vivimos en la guerra. De allí a Mercedes y después a Venado. Fue mi tía, mi mamá y mi papá, después mi novia, hoy la mujer", enumeró. El 12 de julio le dieron la baja definitiva. "Cuando estuve en Campo de Mayo me escapé una noche y caminé por Buenos Aires. Todos hablaban del Mundial y sentí una impotencia total. Una vez hablé con una chica y le dije que cómo podía estar sufriendo por el fútbol mientras miles de argentinos aún estaban prisioneros en Malvinas. Allí comprendí cómo se había vivido la guerra en el continente", reflexionó.
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