La designación de monseñor Eduardo Mirás como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina sorprendió a más de uno. Es más, el mismísimo gobernador Carlos Reutemann quedó estupefacto al saber que el arzobispo de Rosario era quien había llegado a ocupar el máximo cargo en el organismo colegiado de la Iglesia argentina.
"A la miércole" (sic). Esa fue la expresión que usó Reutemann cuando un periodista de este diario le hizo saber que Mirás era el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal. Y confesó: "Me sorprende la noticia". No obstante, opinó que la designación "está bien" y añadió que "por lo menos, habrá alguien de la zona", al frente de la Iglesia argentina.
El intendente Hermes Binner consideró que el nombramiento constituye "un orgullo para la ciudad de Rosario", fundamentalmente teniendo en cuenta el rol que la Conferencia Episcopal Argentina está teniendo en el diálogo argentino. El jefe de gobierno local dijo que esta designación es "muy buena para Rosario" y señaló que la elección de Mirás "ratifica el cambio que dio la Iglesia en los últimos tiempos frente a los graves problemas sociales que el país está atravesando".
El titular de Cáritas Rosario, Osvaldo Bufarini, también se mostró satisfecho por la designación de Mirás. "Es importante que nuestro obispo sea el presidente de la Conferencia Episcopal", opinó y argumentó que eso implica que "sigue escuchándose la voz del interior, sobre todo de una ciudad como Rosario, donde son muchos los problemas sociales que existen". El sacerdote interpretó que la Iglesia argentina "quiere seguir poniendo el ojo en las necesidades de la gente, igual que lo vino haciendo hasta ahora".
"Mirás quería que fuera elegido Jorge Bergoglio como presidente de la Conferencia Episcopal", confesó Claudio Castricone, párroco de San Vicente de Paul, quien días atrás conversó con el arzobispo sobre esta cuestión. El sacerdote de zona sur consideró que Mirás reúne dos condiciones fundamentales para llegar a ocupar el máximo cargo en la estructura eclesiástica argentina: "Es intelectualmente muy capaz y tiene perfil muy bajo". Castricone apuntó que Mirás "dirá lo justo y necesario" y opinó que hoy por hoy, la Iglesia "tiene que mantener un bajo perfil, trabajar con los pobres y desarrollar su tarea evangelizadora hasta que pasen los remezones de los incidentes con (Edgardo) Storni (ex arzobispo de Santa Fe), y (Julio César) Grassi".
Tras de un plenario de la Conferencia Episcopal, Mirás había dicho el 22 de agosto pasado: "Dadas las muchas preguntas que han llegado acerca de monseñor Storni, quiero decir que éste goza de todo nuestro respeto". Esa afirmación fue calificada como "ambigua" por Castricone, quien afirmó que difiere con Mirás en su postura frente al escándalo desatado con el ex prelado santafesino.
Mucho más crítico fue Salvador Yaco. El cura de la parroquia Santa Catalina de Capitán Bermúdez, afirmó que "la designación de Mirás no hace más que mantener el statu quo dentro de la curia, que no quiere cambios". El sacerdote consideró que la Iglesia "tiene que acercarse más a la gente, a los pobres y al evangelio, porque en realidad está llegando tarde a los problemas" de las personas.
"San Agustín decía que un pastor que calla es un perro mudo y eso no sirve", aseguró Yaco, quien señaló que no son pocos los miembros de la institución que "guardaron silencio durante los últimos 20 años, que no denunciaron a los poderosos y fueron cómplices de la dictadura militar", dejando entrever que allí ubica a Mirás.
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La Ciudad
