Año CXXXV
 Nº 49.658
Rosario,
domingo  10 de
noviembre de 2002
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Apertura 2002. Cuatro a cero y se fueron
La violencia se impuso en otro clásico
Cuando San Lorenzo consumaba una goleada, los hinchas de Huracán obligaron a suspender el partido

Con una excelente actuación de Rodrigo Astudillo, San Lorenzo goleó ayer a Huracán por 4 a 0 en un clásico que debió suspenderse a los 37 minutos del complemento por los incidentes generados por los hinchas locales que, desde los 10 minutos de esa etapa, hicieron todo lo posible para que el partido no terminara.
Con tres goles de Astudillo a los 9', 45' y 52', más otro de Pablo Michelini a los 47', San Lorenzo redondeó una victoria que podría haber sido más abultada.
Así, las dos caras en una misma cancha que terminó como un campo de batalla. El equipo de Insua ganó el clásico e infla el pecho para ir por la final de la Copa Sudamericana, mientras que Huracán agudiza su crisis futbolística y se acerca a la zona de Promoción.
Cuando todavía no había pasado nada en el partido, San Lorenzo le puso sal con un par de cabezazos en el área, el segundo de Astudillo, de pique al piso, para abrir el marcador.
Huracán ganó en movilidad con el ingreso de Zermatten y entonces se animó a ir sobre Saja. Por necesidad y convencimiento. Tuvo una gran chance a los 17' Villa, que le erró en el área chica, y a los 38', la más clara, que el arquero de San Lorenzo le sacó de manera brillante a Zermatten.
Cuando San Lorenzo la pasaba mal y Huracán le estaba rodeando el área (a los 41' y 43' falló Kobistyj en la definición), el Pipi Romagnoli apareció garabateando por la izquierda del ataque, desairó a cuatro defensores, centro bajo y al corazón del área chica para que Astudillo vaya a festejar con todos los cuervos.
En el arranque del complemento San Lorenzo lo puso nocaut. Tiro libre de Romagnoli, Michelini le ganó el lugar a Lobos y lo dejó parado a Schulmeister para el 3 a 0 a los 2 minutos. Demasiada diferencia.
Enseguida, cuando en la platea de Huracán comenzaban los incidentes y los reproches hacia los dirigentes, llegó el cuarto. Otra vez Astudillo. Habilitó el Pipi, se proyectó Esquivel para tirar el centro y Astudillo facturó otra vez.
De allí en más, San Lorenzo tuvo el quinto gol a mano y, un poco por mala puntería y otro poco por piedad, no convirtió. Un cabezazo de Astudillo que sacó Schulmeister a los 21', un tiro en el travesaño de Luna a los 23', un disparo de Frutos que se fue muy cerca a a los 31' y otra de Luna que dio en un palo a los 32' fueron algunas de las chances que hubieran redondeado una goleada escandalosa.
A los 37' los hinchas locales tiraron hasta ladrillos al campo de juego y a Elizondo no le quedó otra que suspender.
Es cierto, San Lorenzo festejó, pero la imagen se quedó clavada en la popular de Huracán en un nuevo final sinrazón. (DyN)



Otra vez. La policía arrojó agua y gases lacrimógenos.
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