Año CXXXV
 Nº 49.658
Rosario,
domingo  10 de
noviembre de 2002
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"Desde ese día mi vida cambió"

Hasta hoy Esteban Carabelli parece sorprendido por el violento episodio en el que estuvo involucrado el 6 de septiembre del año pasado. Ese día se tiroteó con uno de los ladrones que había asaltado su comercio de barrio Acíndar y tras un enfrentamiento lo hirió en la espalda. De casualidad, el maleante no quedó cuadripléjico, ya que el proyectil quedó alojado a pocos centímetros de la columna.
Carabelli es el dueño de un autoservicio ubicado en el pasaje Cipolletti al 4500. Ya había sufrido diez robos cuando el año pasado entraron dos jóvenes a robar. El comerciante estaba junto a su madre, tres empleados y seis clientes cuando los delincuentes se apoderaron a punta de pistola de la recaudación.
En forma instintiva, Carabelli tomó un revólver calibre 32 y salió a perseguirlos. Tras un tiroteo, hirió a uno de los ladrones. El comerciante estuvo detenido cuatro horas en la seccional 18ª. Después, el juez de instrucción Carlos Triglia ordenó su liberación porque consideró que había actuado en legítima defensa.
Carabelli está convencido que "desde ese día su vida cambió" y borró por un momento la alegría que le había provocado el nacimiento de Milena, su hija de poco más de un año.
"Me marcó porque nunca creí que iba a poder tener una arma encima y menos tirarle a una persona, pero la situación me llevó a eso. Lo hice para defender la vida y lo mío", explica.
El comerciante reconoce que todavía siente temor por una posible venganza de los maleantes, pero no por él "sino por su familia". Después de este episodio, Carabelli no fue asaltado, pero se mantiene en permanente vigilia. "Estoy a la expectativa observando todos los movimientos de la calle para evitar que entren de nuevo ladrones", explica.
-¿Cómo reaccionaría ahora frente a una situación similar?
-No sé que pasaría, uno nunca sabe.
Aunque enseguida reconoce que desde que enfrentó a balazos al ladrón, mantiene una actitud de alerta permanente. "Estoy siempre a la expectativa para evitar que entren (los maleantes)".
Carabelli acepta que después del tercer robo que padeció cualquier cosa lo alarma. "Estás perseguido todo el tiempo porque es muy común ver en el barrio a pibes calzados y que te muestren armas", explica.


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