Año CXXXV
 Nº 49.656
Rosario,
viernes  08 de
noviembre de 2002
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Tras el triunfo republicano
Bush insiste en su superministerio de seguridad
Pidió al Senado su creación antes de fin de año porque la amenaza terrorista está latente

Washington. - En su primera aparición a la prensa tras los comicios que dieron al Partido Republicano el control político de Washington, el presidente de EEUU, George W. Bush, pidió al Senado que apruebe antes de fin de año el Departamento de Seguridad Nacional porque "la seguridad interior es la cuestión más importante" y la amenaza terrorista "sigue siendo real", dijo.
El actual Congreso volverá a reunirse la próxima semana para una sesión muy corta con la mayoría de sus antiguos miembros hasta Navidad, ya que la nueva composición no se hará efectiva hasta principios de enero. Bush insistió en que en esta corta sesión, el Senado debe aprobar la creación del Departamento de Seguridad Nacional. "Lo quiero hecho antes de que concluya las sesiones", afirmó el presidente sobre este ministerio cuya creación está bloqueada por disputas entre demócratas y republicanos sobre la gestión del personal.

Mejorar la economía
Bush hizo además un llamamiento a la colaboración a los representantes de los dos grandes partidos de EEUU, tras el rotundo triunfo electoral de los republicanos. "He asegurado a los líderes políticos de los partidos que colaboraré con ellos para fortalecer la economía", dijo el mandatario a los periodistas en la Casa Blanca. Explicó que habló con los líderes demócratas en el Senado, Tom Daschle, y en la Cámara de Representantes, Richard Gephardt, y les aseguró que quiere trabajar con el partido opositor durante el mandato del 108º Congreso de EEUU. "La economía ha salido de una recesión y está creciendo, pero no estoy satisfecho porque sé que podemos estar mejor", dijo Bush. "Tenemos que hacer que la economía crezca a un ritmo más rápido y más fuerte, para que los estadounidenses puedan encontrar empleo, y yo trabajaré con el nuevo Congreso para aprobar nuevos paquetes de crecimiento y empleos a inicios del próximo año", dijo.
Bush atribuyó el éxito de los candidatos republicanos en las elecciones a que los votantes quieren que se acaben las disputas partidistas en Washington "y que hagamos las cosas". También elogió a Dick Cheney y dijo que es "un vicepresidente excepcional", que sería de nuevo su compañero de fórmula en un posible intento de lograr la reelección en 2004.
Bush afirmó por otra parte que Irak seguirá siendo uno de los principales asuntos, si no el que más, en política exterior, y confió en que el Consejo de Seguridad de la ONU votará hoy el proyecto de resolución estadounidense sobre ese país. Sobre la política interna, recalcó que otras prioridades son la aprobación del plan energético (que incluye la extracción de petróleo en Alaska), el nombramiento de jueces federales (muchos de ellos bloqueados hasta ahora por la mayoría demócrata del Senado) y un sistema prepago de medicinas a jubilados. También se espera una iniciativa para la introducción de un seguro por terrorismo.

Deserción demócrata
Mientras Bush comparecía ante la prensa y ofrecía un esbozo de su nueva agenda legislativa, los demócratas evidenciaban el gran efecto negativo que ha tenido sobre ellos la derrota el martes en las urnas. Carentes de un líder claro y de una agenda política alternativa a la del partido de Bush, los demócratas están desolados tras perder el Senado, fracasar en su intento de hacerse con la Cámara de Representantes y hacer tan sólo avances marginales al frente de cada Estado.
Los votantes estadounidenses les dieron la espalda, y ahora cuentan sólo con dos años para, con escaso margen de maniobra, encontrar un candidato para derrotar a Bush en 2004. Por lo pronto, el líder de la minoría demócrata de la Cámara de Representantes (baja), Dick Gephart, anunció ayer que abandonará su puesto a fin de año cuando expire su mandato, lo que desató una batalla por el control de la bancada opositora. Gephardt, que participó en la carrera presidencial en 1988, y que era visto como un posible líder de cara a los próximos comicios, dejó el paso franco a su sucesor, que según los expertos será la californiana Nancy Pelosi o el tejano Martin Frost.
En esta retirada táctica puede seguirle en breve Tom Daschle, líder de los demócratas en el Senado. En la Cámara alta el relevo no parece nada claro, y cualquiera, incluso Hillary Clinton, podría optar a suceder a Daschle en caso de que éste anunciase su renuncia a la reelección.
El ex vicepresidente estadounidense Al Gore, que podría aprovechar este vacío de poder entre sus filas, causado en parte por su fracaso electoral ante Bush en 2000, ha llamado a la reunificación a las filas demócratas. "Este partido no "debe desatender la magnitud de esta pérdida, tiene que reunificarse", ha manifestado Gore. (DPA y Reuters)



Bush, un día después del notable triunfo republicano.
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