 |  | Hace 50 años, el mundo conocía la bomba H
 | Jean-Michel Stoullig
Washington. - En plena Guerra Fría, el 1º de noviembre de 1952, EEUU probó la primera bomba de hidrógeno en el mundo, en el atolón de Enewetak de las islas Marshall, en el océano Pacífico. Era una bomba nunca antes vista. La bomba de 10,4 mega-toneladas era 600 veces más poderosa que las bombas atómicas que destruyeron Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, en la culminación de la II Guerra Mundial. La prueba provocó un hongo atómico de 12,8 kilómetros de ancho y 43 kilómetros de alto y vaporizó 80 millones de toneladas de tierra. La prueba de "Mike" -nombre de esa primera bomba de hidrógeno- fue seguida de una segunda prueba más poderosa en marzo de 1954 en el cercano atolón de Bikini. Casi una década antes, en julio de 1945, EEUU probó la primera bomba atómica en el desierto de Nuevo México. Dos tipos de bombas atómicas fueron desarrolladas: de uranio y plutonio enriquecido. La bomba de hidrógeno -o H-bomb- no se basa en la fisión como las bombas atómicas, sino en la fusión de elementos. Ese concepto, creado a principios de los años 40 por el físico italiano Enrico Fermi, era técnicamente mucho más difícil que la fisión. La energía para eso es derivada de la fusión termonuclear de los isótopos de hidrógeno. La misma energía le da poder a las estrellas y viene del calor producido de una explosión nuclear clásica, liberando enormes cantidades de energía y olas de shocks. La historia detrás de la creación de "Mike" es la rivalidad entre potencias mundiales y científicos. Como detalló Richard Rhodes en su libro "Sol oscuro: la creación de la bomba de hidrógeno" (Dark Sun: The Making of the Hydrogen Bomb), la primera prueba atómica soviética en agosto de 1949 -con el respaldo del espía Klaus Fuchs- hizo que EEUU aumentara sus apuestas y creara la H-bomb, apodada la bomba "Super" por el científico Edward Teller. Teller estuvo involucrado en la creación de las bombas atómicas. Estadounidense de origen húngaro, fue el único arquitecto de la bomba "Super". Actualmente de 94 años de edad, Teller fue inmortalizado en la cultura popular como el protagonista del filme "El satánico doctor no", del director Stanley Kubrick. Robert Oppenheimer, que lideró el Proyecto Manhattan, se opuso al desarrollo de la H-bomb, al temer que pudiera desatarse una guerra armamentista que terminara con la humanidad. La Unión Soviética, gracias al físico Andrei Sakharov, probó la primera H-bomb en agosto de 1953. Otras potencias nucleares siguieron su camino: Gran Bretaña en 1957, China una década después y Francia en 1968. "Actualmente, es muy difícil imaginar un escenario activo donde la H-bomb sea utilizada, pero todavía tenemos miles", indicó Michael Levi, de la Federación de Científicos Estadounidenses, quien dijo que su uso podría causar un Holocausto. "El arsenal estadounidense de armas estratégicas nucleares está completamente compuesto de H-bombs. Lo mismo pasa con Rusia", agregó. (AFP)
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