Cada fin de semana se renuevan los reclamos de quienes concurren al hipódromo Independencia y quieren utilizar el restaurante del lugar como ocurre en otros escenarios turfísticos del país. La sorpresa para todos es que el comedor no dispone actualmente de la atención que merecen apostadores y público en general. "No puede ser que Rosario desperdicie un lugar como este", comentan azorados los visitantes que llegan al centenario escenario rosarino desde los distintos lugares del país, quienes siguen las carreras de los domingos. "Hace calor, la atención es pésima y encima no hay ni variedad de menúes. Ayer pedí dos gaseosas y se habían terminado y hace una semana quise comprar una botella de champagne para festejar el triunfo de un caballo ganador y tuvieron que salir a comprarla", comentó alguien que con frecuencia visita el predio. Las críticas coinciden en un punto: las autoridades del Jockey Club de Rosario tendrían que tomar cartas en el asunto y dar en concesión el restaurante para beneficio de quienes concurren -tanto en los días de semana como los sábados y domingos- y también para todos los rosarinos, que podrían incorporarlo como una alternativa más en la oferta gastronómica de la ciudad.
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