El ministro de Economía, Roberto Lavagna, aseguró ayer que la posibilidad de rebajar el IVA del 21 al 19%, o bien elevar los reintegros fiscales para las compras con tarjetas de débito, apuntan a "incentivar la incipiente reactivación que muestran algunos sectores de la economía" y, aunque consideró que preferiría una situación "cuasi idílica" en materia política, instó a "no dramatizar" la pelea electoral en el PJ. Durante la conferencia de prensa que ofreció horas antes de emprender su viaje a Washington para continuar las negociaciones con el FMI, el ministro aclaró que la disminución del IVA o el incremento de las devoluciones "están bajo estudio" y evitó comentar cuáles pueden ser los costos de esas medidas. La idea fue, sobre todo, dar una señal de que "mientras no haya acuerdo con el Fondo, el gobierno argentino no se va a paralizar, y va a seguir llevando adelante la que es su mejor política". Semanas atrás, Lavagna había aclarado que no avalaría un nuevo ajuste fiscal o un incremento de impuestos en la negociación con el Fondo para evitar consecuencias similares a las que se produjeron a principios de 1999, cuando una incipiente reactivación de la economía se vio conjurada por el impuestazo decretado por el entonces ministro José Luis Machinea. El actual equipo económico parece no sólo tener en cuenta esa experiencia en la negociación con el FMI sino que trabaja ahora sobre la posibilidad de empujar el clima de reactivación que se vive en algunos sectores vinculados a la exportación y a la sustitución de importaciones, con una reducción impositiva para incentivar el consumo también en el mercado local. En ese sentido, Lavagna reveló que desde el punto de vista del equipo económico "este es un dólar alto, que tiene un componente de incertidumbre todavía alto, aunque menor que antes, porque si no el Banco Central no estaría comprando divisas". Agregó que en la actualidad se está demostrando que "pasados los momentos iniciales y si uno maneja el marco macroeconómico adecuadamente, es posible vivir sin inflación, es decir con estabilidad, y sin un chaleco de fuerza como es la convertibilidad". Lavagna reseñó que ya se registraron dos trimestres de variación positiva del PBI, el segundo y el tercero, y pronosticó que "el cuarto previsiblemente también va a tener signo positivo, esto técnicamente significa que la recesión se ha terminado".
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