El bloque de diputados del PJ sufrió ayer una fractura como consecuencia de la decisión menemista de formar un grupo aparte, en una derivación directa de la durísima puja partidaria.
El menemismo armará una bancada propia con una treintena de diputados y amenazó con votar en contra de las leyes que impulsa el gobierno. Así, el bloque oficialista pasó de 120 a 90 legisladores.
La lectura que predominó en la bancada fue que los menemistas tomaron la decisión para contragolpear el efecto del congreso partidario del martes, donde el duhaldismo impuso su posición.
La ruptura se definió por la mañana, durante una reunión entre el ex presidente Carlos Menem y sus legisladores más fieles. Al mediodía, el grupo de diputados volvió a la Cámara baja para sumar apoyos. El riojano Ricardo Quintela fue el encargado de dar la noticia al jefe de la bancada Humberto Roggero y al titular del cuerpo, Eduardo Camaño.
"Es una situación difícil, pero vamos a seguir trabajando por las necesidades institucionales del país y para ayudar al gobierno actual y al futuro", comentó Roggero tras el tenso encuentro.
En estado de alerta
Luego, casi quince diputados se reunió por la tarde en el despacho de Adrián Menem (sobrino del ex mandatario) para repasar el número de adhesiones. Hubo quienes se sumaron sin dudarlo: Jorge Bucco, Arnoldo Lamisovsky, Lelia Chaya y Alejandra Oviedo. Otros aliados tradicionales como Manuel Baladrón y Juan Manuel Urtubey evitaron confirmar su participación y se mantuvieron a la expectativa.
Los rupturistas se negaron a dar definiciones en público y anunciaron que hoy ofrecerán una conferencia de prensa. En privado, apuntaron directamente contra el congreso del PJ y se quejaron de la participación de Camaño y de Matzkin.
"Las maniobras de Herminio Iglesias eran una alegre estudiantina al lado de lo que quieren hacer estos. Pretenden una interna sin junta electoral ni padrones. Están dispuestos a cualquier cosa", bramó el duhaldista José María Díaz Bancalari, en alusión a los menemistas. El nuevo bloque se llamará Azul y Blanco.
Lo cierto es que la ruptura puede afectar el tratamiento del presupuesto para el año próximo, que está en discusión. Aunque en el oficialismo desestimaron eventuales obstáculos y advirtieron que buscarán acordar con la UCR si el menemismo endurece su posición.