El presidente Eduardo Duhalde volvió a pedirle ayer a los candidatos que "no se metan con el gobierno" porque "tengo que seguir trabajando" y esta administración "no vino para quedarse". El primer mandatario reiteró su decisión de dejar el poder en mayo del 2003 ante la comunidad del partido bonaerense de Ezeiza, donde colocó la piedra fundamental de lo que será el hospital de agudos Madre Teresa de Calcuta. Sin embargo, fuentes judiciales no descartaron que en los tribunales se resuelva la continuidad del bonaerense hasta diciembre del 2003 (ver página3). "Hoy vengo a despedirme como presidente de la República porque elegiremos para el mes de mayo un nuevo presidente y después seguiré viniendo pero en calidad de vecinos de ustedes", sostuvo el jefe del Estado. Luego, consultado acerca del escándalo en el que está inmerso el PJ con motivo de las internas y el enfrentamiento entre el duhaldismo y el menemismo, Duhalde evitó pronunciarse: "Yo he renunciado a todos los cargos partidarios y no quiero hablar de ese tema". "No voy a hablar de temas partidarios porque no corresponde" y porque "tengo mucho que trabajar" en otros órdenes, reiteró ante la insistencia de la prensa. "Me ha tocado ser presidente, no cuando yo quería serlo, en 1999, sino en el momento más trágico de la historia argentina. Hice todo lo que he podido y lo voy a seguir haciendo", subrayó Duhalde. Al referirse a la campaña electoral, el jefe del Estado relató que "permanentemente le pido a los candidatos que no se metan con el gobierno, que sigan haciendo su campaña" porque "yo tengo que seguir trabajando para entregarle al presidente que viene un país y un pueblo trabajando". "Lo peor de la crisis ya ha pasado y lentamente se pone en marcha la rueda de la producción en la Argentina y este presidente, los siete meses que quedan, va a estar trabajando incansablemente", añadió. En el tramo final de su discurso, Duhalde le pidió "a todos los argentinos de buena fe, mas allá de sus ideas políticas, que estén ayudando a este gobierno" porque "este gobierno no vino para quedarse". Durante todo el acto el jefe del Estado se mostró de muy buen humor y bromeó permanentemente con quienes lo acompañaban en el palco. Allí estaban su esposa, Hilda González; el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof; el canciller, Carlos Ruckauf; el gobernador bonaerense, Felipe Solá; y el intendente de Ezeiza, Alejandro Granados. Pero la presencia que llamó realmente la atención fue la del ministro de la Corte Suprema Adolfo Vázquez, uno de los jueces mas enfrentados con el gobierno de Duhalde. "Hace nueve años, viniendo de Ezeiza en un viaje internacional, su esposa tuvo una indisposición que podría haber superado, pero falleció por falta de atención. Entonces a partir de allí el doctor Vázquez está trabajando incansablemente para que en Ezeiza existan todas las comodidades para poder atender aquí a personas con cualquier indisposición", relató Duhalde sobre la presencia del ministro de la Corte. También estuvieron presentes el vicecanciller de Italia, Mario Baccini; el embajador italiano en Buenos Aires, Roberto Nígido; y el empresario Eduardo Eurnekián, quien donó la construcción del hospital, que se iniciará en enero próximo.
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