La realidad argentina está bastante lejos de las potencias del básquetbol femenino. Mientras la mayoría de las participantes en el torneo tenía un perfecto organigrama de trabajo y todos los elementos necesarios para realizarlos, las integrantes del seleccionado argentino recibieron apenas parte de la indumentaria el día previo a la partida. Entre los detalles mínimos, que muestran la improvisación que sufrieron a la hora de viajar, las jugadoras tuvieron que usar sus propios bolsos porque la empresa que viste a los seleccionados nacionales no les entregó ninguno. Tampoco tenían sudaderas de entrenamiento para antes de los partidos y aunque parezca mentira, mientras realizaban la gira previa por España, un dirigente de la Confederación Argentina les llevó ropa Adidas, el proveedor anterior de la selección. Si la intención es que el básquetbol femenino mejore, habrá que empezar a corregir errores desde ahora para llegar en las mejores condiciones a los próximos compromisos internacionales.
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