Independientemente del tipo de gas utilizado por los rusos para atacar al comando checheno, es la forma de actuar de las tropas, en particular las dosis y la concentración de esa sustancia lanzada en un espacio cerrado, lo que suscita una mayor polémica, según los expertos. Un oficial del grupo de elite que tomó el teatro admitió a la prensa moscovita: "Probablemente nos equivocamos con la dosis" de gas inyectada en la sala. "Nadie puede decir qué fue lo que se utilizó. Si nos basamos en las imágenes y en los testimonios de los rehenes, se puede descartar la utilización de ciertos gases irritantes", estimó un médico militar francés. Pero "el problema no es tanto la naturaleza del gas como la dosis. La dosis es lo que hace el veneno y, mientras que es fácil calcular en una probeta, es muy difícil trazar el límite entre dosis no mortal y dosis mortal a gran escala. En un teatro tan grande, es difícil controlar la dosis".
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La Ciudad
