Un incremento sostenido de sólo cinco por ciento anual de la demanda de energía eléctrica, en una proyección que resulta conservadora, ocasionaría problemas de abastecimiento a fines del 2003 o principios de 2004, según aseguró el titular de la Cámara Argentina de Inversores del Sector Eléctrico, Francisco Mezzadri, quien consideró que un aumento tarifario del 10 por ciento "no alcanza para recuperar las inversiones".
Mezzadri consideró que, por esta razón, "aquellos que tienen que decidir sobre tarifas, regulaciones y pasivos de las empresas tienen que tomar conciencia de cuál es el verdadero problema", afirmó el dirigente.
Según Mezzadri una recomposición parcial de tarifa del 10 por ciento, el tope hasta el cual se estiraría el gobierno según trascendidos nunca confirmados ni desmentidos, "con una devaluación de 1 dólar a 3,60 pesos, es un número que no implica una solución de fondo".
El empresario explicó que "con insumos comprados en el extranjero, mantenimiento por técnicos extranjeros, polizas que sólo se pueden tomar en el exterior y deuda, todo en dólares, el 10 por ciento no alcanza".
En el mismo sentido, los empresarios consideraron que "es posible que ya en el 2003 comiencen a verificarse situaciones de desabastecimiento potencial de energía, dependiendo de la característica hidrológica del año".
"La detención del proceso de inversión en el sector de generación de electricidad hace previsible una situación de escasez de energía a partir de 2004, en el peor de los casos, o a partir del 2006 si las condiciones de hidrología son mejores".
La advertencia empresaria se enmarca en una situación que describieron como crítica, debido a los bajos precios a que cotiza la energía desde "la devaluación, la inflación, la extrañamente forzada pesificación de tarifas pero no de costos, y la alteración infundada de las normas regulatorias existentes".
Mezzadri estimó que las decisiones que se tomen en las audiencias públicas para evaluar el aumento de tarifas en los sectores de transporte y distribución "van a repercutir en el segmento de la generación, porque, en el fondo, el sector tiene una unidad que le impide ser indiferente a lo que sucede".
La alternativa de bajar impuestos para hacer más viable la actividad, según el titular de Caise, no resulta muy convincente para quienes deberían tomar la decisión, porque generalmente se trata de un traspaso de un sector a otro.
"La incidencia impositiva es excesivamente alta, alrededor del 50 por ciento, y una baja serviría, pero este es un resorte exclusivo del gobierno, especialmente del Poder Legislativo", insistió el empresario.
Al respecto, el empresario señaló que las "resoluciones del Poder Ejecutivo -llámese devaluación y ley de emergencia- violaron contratos y condiciones e inversión acordados entre Argentina y esos países".
El directivo empresario explicó que "los precios que incentivan la inversión en el sector de generación deberían rondar los 28 dólares el megavatio".
"Frente a precios de energía mayorista de aproximadamente 7,50 dólares el megavatio, en la actualidad no hay ecuación económica que permita justificar inversiones que tienen un tiempo de maduración de 4 a 5 años", agregó.
Mezzadri estuvo acompañado por el presidente de TotalFinaElf, Jacques Chambeert-Loir, quien descartó de plano que el sector este pidiendo un subsidio al gobierno. "El sector no considera ningún tipo de subsidio, sino que por el contrario el sector está subsidiando a todos los sectores del consumo", precisó el empresario galo y citó el ejemplo de las industrias que exportan y que compran energía pesificada y venden sus productos en dólares.
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La Ciudad
