El ex represor Carlos Guillermo Suárez Mason volvió ayer a deslindar responsabilidades personales en el secuestro y desaparición en 1980 de una veintena de militantes de Montoneros, se informó en los Tribunales. La segunda declaración indagatoria de Suárez Mason en esta causa se produjo por solicitud de él mismo al juez federal Claudio Bonadío, que ayer por la mañana accedió al pedido y escuchó otra vez al imputado clamar inocencia. En esta investigación se pretende establecer la suerte que unos veinte miembros de Montoneros corrieron al volver al país desde el exilio, en países de Europa y América latina, para actuar en lo que ellos llamaban "contraofensiva" contra la dictadura militar, en 1979 y 1980. Entre otros caídos se cuenta a Horacio Campiglia, Mónica Pinus de Binstock, Lorenzo Viñas -hijo del escritor David Viñas- y el sacerdote Jorge Adur, todos secuestrados en Brasil en el marco del Operativo Cóndor, además de Ricardo Pato Zucker -hijo del actor Marcos Zucker- y su compañera Marta Libenson. En España, la sobreviviente Silvia Tolchinsky declaró como testigo ante Bonadío y contó que Viñas y Adur habrían sido ultimados en los "vuelos de la muerte".
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