Pedro Baraldi, uno de los entrenadores del equipo rosarino y de los hombres con mejor llegada al plantel de Jockey, no pudo tener su regalo soñado de cumpleaños. Pedro ayer cumplió 37 años pero no pudo coronar su primer año al frente del grupo de Fisherton con otro título para las huestes rosarinas. Tanto Baraldi como todos los que fueron hasta Tortuguitas no encontraron consuelo luego del silbato final del árbitro cordobés Marcelo Domínguez. Jockey dejó todo y solo la fortuna que decide el acierto de un penal kilométrico lo privó del objetivo planteado. Alrededor de 1.100 personas fueron las que se acercaron a las instalaciones que tiene el club Alumni en Tortuguitas para alentar al Jockey Club. Más de 11 colectivos y decenas de autos particulares se organizaron para ir hasta Buenos Aires con la intención de apoyar al club de Fisherton y con la ilusión de sumar otro Copa más a sus vitrinas. El aliento de los rosarinos se hizo sentir en la tarde de ayer, hubo mucho color, pirotecnia, muchos trapos al mejor estilo barrabrava y de esa manera la parcialidad verdiblanca mostró su incondicionalidad.
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