Año CXXXV
 Nº 49.638
Rosario,
lunes  21 de
octubre de 2002
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El cineasta habla de "Kamchatka", su nueva película en cartel
Marcelo Piñeyro: "Para mí filmar con chicos era un desafío que me producía pánico"
El director dijo que su filme apostó a contar la historia desde la perspectiva de un niño que pierde a sus padres

Fernando Toloza / La Capital

Marcelo Piñeyro confiesa que está feliz por "Kamchatka", el quinto filme de su exitosa carrera iniciada en 1993 con "Tango feroz" y seguida por otras tres películas siempre respaldas por la aceptación del público y con circulación internacional, y con algunos reparos por parte de la crítica que lo señalaba como un director con un gusto excesivo por los efectos publicitarios.
Haciendo frente a esas críticas, Piñeyro se lanzó a contar una historia difícil y de repercusiones sutiles: los últimos momentos de dos niños junto a sus padres, quienes son asesinados por la dictadura militar, aunque en el filme no se use la palabra "asesinados", porque su intención es otra. Esa intención es mostrar el sacrificio de unos padres por evitarles un destino trágico a sus hijos y transmitirles que, pesar de los tiempos oscuros, siempre hay un sitio desde el cual resistirse a la violencia y al crimen.
-¿Por qué elegiste contar esta historia ahora?
-Es una historia que veníamos trabajando con Marcelo Figueras. Nos costó encontrarla porque teníamos el inicio donde la película termina ahora. Hace un par de años, terminando "Plata quemada", me di cuenta de que lo interesante para "Kamchatka" era lo que ocurría antes, no lo que sucede después. A partir de eso se empezó a armar muy rápido, para un primer armado, claro, porque después hubo como ocho escrituras del guión.
-¿Y el porqué?
-La historia estaba en mi cabeza desde hace mucho tiempo y mis ganas de contarla eran cada vez mayores. Pero en realidad jamás me he preocupado por los porqué y por racionalizar mis ganas de narrar algo.
-¿Qué tiene la película de tus recuerdos personales de los 70?
-En general tiene mucho que ver con mis recuerdos, pero no se basa en una experiencia autobiográfica. Personas en las circunstancias que viven los personajes he conocida muchas y algunas han sido grandes amigas.
-¿Es la primera vez que trabajás con chicos para una película?
-En mis películas nunca había trabajado con chicos. De hecho, toda mi experiencia con niños se reducía a algunos comerciales, no me acuerdo el producto pero sería algo así como un aviso de yogur donde los chicos sólo decían "Mamá, mamá, dame más, ¡qué rico!" (risas). Pero, por supuesto, no tenía nada que ver con lo que viví en esta película. Era una experiencia totalmente nueva, era un desafío que me producía pánico.
-¿Cuál era el miedo?
-A que yo creía que iba a ser totalmente distinto al trabajo con un actor adulto, y además no tenía la experiencia. Cuando tengo que encarar algo que no conozco siento un poco de miedo. Tuve mucha suerte con los chicos, porque hicieron un trabajo fantástico y fue muy fácil trabajar con ellos.
-Al ser contada desde la visión de un niño, ¿sentís que "Kamchatka" es tu película más compleja narrativamente?
-En términos de dificultad me cuesta mucho analizar las películas. El tema de la narración, de la estructura narrativa, es algo que me preocupa mucho y creo que esa preocupación se refleja en todas mis películas, menos en "Tango feroz", donde había mucho menos conciencia de mi parte. Después, el tema de cómo relatar ha sido muy constitutivo de mis películas. Si las pudiera tomar a todas en una especie de presente simultáneo seguramente "Kamchatka" sería la más compleja, por ser la última, porque uno ha ido incorporando cosas que antes no tenía.
-¿Con "Plata quemada" le diste a la gente algo que no esperaba, en el sentido de que mucho público comentó que fue a ver un filme y se encontró con otro, aunque igual se mostró satisfecha?
-No lo sé, es algo que no puedo controlar. Hay sí una cosa clara: "Plata quemada" es la única adaptación literaria que hice y por eso es muy probable que haya habido gente que había leído la novela antes de ver la película, y por ende tenía su mirada de la historia. Yo no hice una ilustración, aposté a una mirada personal, y tengo claro que los ejes que convertí en centrales son más latentes en la novela, están menos expuestos. Sin duda eso puede decepcionar a alguien, pero a mí me hubiese decepcionado hacer una ilustración (risas).
-¿Para dónde se proyecta tu carrera, para seguir filmando en Argentina o en el extranjero?
-Quiero seguir filmando acá. Pude hacerlo este año y espero poder en el futuro, y que las cosas comienzan a funcionar. Tengo la enorme ventaja de que mis películas tienen un muy buen recorrido internacional y eso me da financiación extranjera, sin la cual, por ejemplo, no hubiese podido hacer "Kamchatka". Me gusta que mis películas circulen afuera, pero no tengo deseos de filmar en otro sitio. Además, "Kamchatka" es una película que sólo podía hacer acá, por la cuestión temática, por la atmósfera, que podría haber perdido si la filmaba fuera de la Argentina.



Marcelo Piñeyro quiere seguir filmando en Argentina.
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