Año CXXXV
 Nº 49.638
Rosario,
lunes  21 de
octubre de 2002
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La investigación se inició en 1997 pero la Fiscalía de Estado no se expidió
Funcionario provincial sumariado por presunto acoso sexual fue ascendido
Pese a las acusaciones de sus compañeras, Enrique Colon fue designado director general de Comunicaciones

Santa Fe. - Enrique Salvador Colon, personal del área de Comunicaciones de la gobernación con un sumario paralizado desde hace seis años en Fiscalía de Estado con acusaciones por acoso sexual y con un dictamen de Asuntos Jurídicos que recomendaría su exoneración, fue premiado a fines del año pasado con un ascenso a director general de Comunicaciones de la gobernación. No obstante, no asumió el cargo y sigue como adscripto en Medio Ambiente, adonde fue trasladado años atrás por este tema.
Esta historia, que adquirió notoriedad al ser revelado por este diario en 1997 y se convirtió en un caso testigo para la figura del acoso sexual en la administración pública, tiene una particular gravedad porque el agente llegó al pináculo de la administración estatal con un sumario sobre el cual aún no se expidió la Fiscalía.
Actualmente, el recién ascendido a director general de Comunicaciones está adscripto desde 1998 en Medio Ambiente, adonde fue trasladado porque su presencia se tornaba intolerable para varios agentes de la repartición. Una de ellas, la jefa de personal Luisa Marta Franco, lo denunció ante sus superiores y la Justicia penal por atropellos, entre ellos, acoso sexual contra ella y otras mujeres.
El año pasado la Legislatura provincial cubrió un vacío legal en la materia con la sanción de una norma que castiga el hostigamiento sexual como una clara violación a los derechos humanos (ver aparte).
Franco confesó a La Capital su perplejidad por el ascenso de Colon a pesar del sumario y las denuncias, al tiempo que reveló que el premiado funcionario, cuando concurre todos los meses a esa repartición para el cobro de haberes desata contra la mujer su furia con "amenazas, insultos y hasta puntapiés" contra su escritorio.

Otras anomalías
"Mi vida se tornó intolerable porque cada vez que llega a la dirección todo se convierte en un infierno. Una vez me estaba esperando en la puerta de la Casa de Gobierno y cuando salí me cubrió de insultos ante la mirada asombrada del policía de custodia que después terminó pidiéndome disculpas porque no podía salir de testigo", relató. La mujer contó que su miedo llegó a tal punto que un día esperó al gobernador Carlos Reutemann "en un pasillo para darle toda la documentación" e incluso le puso a disposición su cargo. "Eso fue en febrero de este año y me miró entre asombrado y perplejo", reveló.
Sin embargo, el legajo de Colon no sólo ofrece estas anomalías. Su recorrido no lo distingue precisamente para ocupar nada menos que la Dirección General de Comunicaciones ya que exhibe otros datos a tener en cuenta: por ejemplo, un informe cronológico de varias juntas médicas, en uno de los cuales (marzo de 1978) define "su personalidad histérica, con rasgos esquizoide e hipersensibilidad neuronal difusa".
Por otra parte, también se encuentran medidas disciplinarias y de otro tipo en su legajo como las actuaciones llevadas a cabo por la Jefatura de la Policía de Salta en enero de 1980 ("actitudes extemporáneas e incorrectas"), diez días de suspensión sin goce de haberes en diciembre de 1983, inconvenientes en el servicio como radiooperador e intervenciones llevadas a cabo por la Casa Militar de la Presidencia de la Nación y apercibimiento posterior por el mismo tema en marzo de 1984.
Las denuncias de Luisa Franco contra Colon se iniciaron en 1996 cuando él subrogaba el cargo de director general a partir de una conflictiva situación con el entonces titular Alberto Alonso, funcionario político. En ese contexto se desataron los hechos más violentos aún cuando de acuerdo a las declaraciones de la jerarquizada, el trato de Colón con algunas mujeres ya se hacía sentir.
En la testimonial que Franco realizó ante el abogado instructor de la Fiscalía de Estado en agosto de 1997 se confirman las denuncias de varias mujeres, que luego serían ampliadas en sedes policiales y judiciales, por agresiones y amenazas. En esa declaración Franco menciona situaciones por las que atravesó ella y algunas de sus compañeras. Como una de nombre Liana a quien una vez calificó "de puta y prostituta como tu suegra". O Delia, actualmente jubilada, a quien Colon "la manoseaba diariamente y cuando estaba en la fotocopiadora le metía la mano por debajo de la falda". Esta mujer pidió varias veces ayuda a Franco para que le "sacara de encima" a su superior.
También se puede leer en esa declaración lo sucedido con María Luisa "a quien trató siempre de manosearla aunque nunca llegó a concretar porque ella siempre le interponía el escritorio y se rodeaba de sillas para que no pasara". Posteriormente cuando tuvo conocimiento de que se había separado de su marido tuvo expresiones como "no te hagas problemas mamita, salí conmigo y te olvidás de todo, hasta de cómo te llamás", siempre haciendo alusión al sexo.
Otro caso de acoso sexual sería el de una mujer de nombre Claudia (luego él la trasladó) quien en una oportunidad le solicitó un trabajo que ella creía poder realizar (el control y recaudación del servicio telegráfico público) cuando, según manifestó, Colon le habría efectuado insinuaciones de carácter sexual para obtenerlo.

Sumario
El 7 de mayo de 1997, el entonces secretario general de la Gobernación Julio Barberis dispuso, ante a la posibilidad de que Colon hubiera "incurrido en conducta pasible de reproche disciplinario", la iniciación de un sumario administrativo y encomendó su sustentación a la Fiscalía de Estado, a cuya titular Ingmard Lepenies el propio Baberis reclamó dos años después (5 de agosto de 1999) un informe sobre el expediente. Hasta hoy Colon sigue estando en esa repartición a pesar de que habría un dictamen de la Dirección de Asuntos Jurídicos de la gobernación donde se recomienda su exoneración o baja .
Ante la decisión de iniciar un sumario administrativo la irascibilidad de Colon fue subiendo contra las denunciantes, en particular hacia Franco, a quien amenazaba permanentemente -según relató la víctima- e incluso le dejaba mensajes en el calendario de su escritorio. Por el clima generado, Barberis decidió en mayo de 1998 trasladar a Colon a Medio Ambiente.
Previamente, el personal denunciante había informado de la situación al Ministerio de Gobierno y al secretario del Tribunal Electoral, dada la proximidad de las elecciones de octubre de 1997 y dado que esa repartición intervenía como apoyo en el escrutinio. También pidió una audiencia al entonces gobernador Jorge Obeid y elevó documentación a los bloques legislativos. En ningún caso hubo respuesta.
El 28 de noviembre de 2001, el director provincial de Comunicaciones, Alberto Alonso, le comunicó a Colon, categoría 22 y coordinador general de Comunicaciones, que había sido confirmado en el cargo que subrogaba de director general por decreto 3.201 del 23 de noviembre. A casi un año de esta designación como director, este agente sigue adscripto a Medio Ambiente, lo que confirma que existe una decisión inconclusa en cuanto a los hechos sucedidos a partir de 1996.
Mientras tanto no son pocas las mujeres que tiemblan frente a la posibilidad de su retorno, sobre todo las denunciantes y, en particular, Luisa Marta Franco.



El acoso sexual en el ámbito laboral está penado.
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