Año CXXXV
 Nº 49.638
Rosario,
lunes  21 de
octubre de 2002
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Banfield goleaba a River y hubo incidentes

River, de manera inesperada y con un funcionamiento espantoso, fue humillado por Banfield con una goleada por 5 a 0, en un partido que fue suspendido a los 66' por un grave enfrentamiento entre los irascibles hinchas millonarios y la policía.
River tuvo una tarde calamitosa en la que tiró por la borda la levantada de cuatro triunfos consecutivos con los que se había acomodado en la lucha por el título. Banfield, que no ganaba ni convertía goles hacía tres fechas, liquidó el partido en el primer tiempo con tres goles. Y en el segundo tiempo redondeó una goleada histórica -desde 1974 que no le ganaba como local- con dos conquistas más.
La explicación de un resultado difícil de entender se reduce a un simplismo concreto: hubo un equipo que hizo todo bien y otro todo mal. Tan sencillo como eso. El local, desde el inicio, advirtió los tremendos errores defensivos de su adversario y fue lapidario para someterlo en cada acción ofensiva. Por eso, los tres goles del primer tiempo fueron lógicos al analizar lo ocurrido dentro de la cancha.
Jorge Cervera, colocado como extremo por derecha, fue una auténtica complicación para el esquema riverplatense y la llave para el primer gol a los 7, luego de un desborde convertido por Colautti.
El equipo de Pellegrini estaba descompensado en los laterales, frágil por la zona central y endeble en la mitad de la cancha.
Entonces fue una invitación para que Banfield estirara la ventaja a los 28 cuando Demichelis introdujo la pelota en su arco en el intento de rechazar un cabezazo.
D'Alessandro, con una mínima cuota de fútbol, era el único que intentaba encarrilar a un equipo desconcertado y volcado decididamente al juego brusco como único recurso para contener a su adversario.
Contrariamente, Banfield jamás perdió la cabeza, fue sencillo, oportuno y conquistó el tercer tanto antes del descanso, otra vez con una gran acción de Cervera por derecha que cerró Moreno y Fabianesi después de un rebote en el travesaño.
Con la goleada parcial, ya no hubo partido porque River, pese a los cambios desesperados de Pellegrini en el segundo tiempo, lejos estuvo de descontar y volvió a sufrir dos goles antes de los 10 minutos.
Primero, Jiménez marcó el cuarto con un excelente sombrero a Comizzo y la pelota, luego de pegar en el travesaño, picó detrás de la línea de sentencia. Y enseguida nomás Colautti anotó el quinto, que fue precedido por una destacada acción individual del propio Jiménez.
Paulatinamente, el clima violento cobró intensidad en la tribuna visitante por la nula reacción de River en la cancha y la suspensión se preveía.
Los hinchas rompieron el alambrado, arrojaron proyectiles al campo, se enfrentaron con la policía y la fiesta de Banfield tuvo que ser suspendida. (Télam)



La policía arrojó gases lacrimógenos a la tribuna.
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