Año CXXXV
 Nº 49.638
Rosario,
lunes  21 de
octubre de 2002
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Los disturbios
River fustigó la decisión del árbitro

Jugadores y dirigentes de River le atribuyeron a la policía bonaerense y al árbitro Claudio Martín la responsabilidad de la suspensión del partido, por los incidentes ocurridos con la parcialidad millonaria en la tribuna visitante.
El arquero de River Angel Comizzo, uno de los más molestos con la decisión, afirmó que "Martín es un tarado y la culpa fue exclusivamente de él", porque la gente "no estaba haciendo nada".
"Le dijimos con Sanguinetti (capitán de Banfield) que lo siguiera porque iba a ser peor. Nosotros hablábamos con la gente y se terminaba todo", consideró el arquero, tras negar los evidentes disturbios que motivaron la lógica suspensión.
La barra de River rompió el alambrado (un hincha ingresó al campo para robarse un balón) y, luego, se enfrentó con la policía en la tribuna visitante, donde se arrojaron gases lacrimógenos para disuadir.
"La policía no tendría que haber ingresado a la tribuna. ¿Sabés lo que es estar ahí con los gases? Metete vos, eh", increpó desaforado Comizzo a un cronista que intentó convencerlo de la atinada suspensión. Leonardo Astrada consideró que el juez paró el encuentro "al pedo", y opinó que los desmanes "podrían haberse controlado". El defensor Martín Demichelis dijo que "la policía se apuró en reprimir", pero reconoció que la gente reaccionó porque "la actuación de River fue mala". El presidente del club, José María Aguilar, calificó lo ocurrido como "lamentable", pero a diferencia de otros colegas no vinculó los incidentes al hecho de haber jugado el partido en la cancha de Banfield.
Domingo Díaz, vicepresidente primero del club de Núñez, dijo que el escenario del sur "no era seguro" para un partido de esa índole.
Otro dirigente, que pidió reserva de su identidad, confió que los cinco goles recibidos por River "fueron muchos más caros que los 150 mil pesos ahorrados por no haber cambiado de cancha".
Por su parte, el presidente de Banfield, Carlos Portell, consideró que la suspensión del partido "estuvo bien" aunque reconoció como "un error" que la policía haya ingresado al sector de la tribuna visitante.
"Solucionar estas cosas no es tan difícil porque los que arman el lío son 40 ó 50 inadaptados. Se necesita mayor determinación y leyes más duras", agregó.
"Los 500 efectivos deberían haber garantizado la seguridad. Creo que los dirigentes no somos los responsables de que estos violentos ingresen a la cancha, porque nosotros no tenemos el poder de decir este sí y este no. En cambio, la policía los conoce perfectamente", aseguró el titular de Banfield.
En tanto, el árbitro Claudio Martín se negó a contestar las críticas de Comizzo por su decisión y afirmó: "Que diga lo que quiera, no me importa".
Los incidentes en el estadio arrojaron cuatro heridos, dos de ellos hermanos, atendidos en el vestuario visitante por el médico millonario Luis Seveso y, posteriormente, derivados al hospital Gandulfo, de Lomas de Zamora.
Uno de ellos fue llevado al centro asistencial con una herida en el ojo derecho por un impacto de bala de goma, y el otro con una lesión en la pierna derecha.
Las otras dos personas lastimadas, con una herida en la espalda y un corte en la boca, respectivamente, fueron asistidas y luego se retiraron del estadio. (Télam)


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